Una nueva oportunidad de vida. María, de 32 años, ingresó a la unidad de cuidos intensivos (UCI) del Hospital General de Jaén, región Cajamarca, con un cuadro severo de fiebre amarilla y dengue, pero gracias a su fortaleza y la pericia de los médicos logró renacer.
Había sido referida a ese nosocomio desde su natal Tarapoto, en la región San Martín, por la gravedad de su estado: con fiebre muy alta (hasta 40 °C), dolor de cabeza intenso, malestar generalizado de cuerpo, coloración amarilla en la piel y ojos (ictericia), vómitos e hinchazón (edema generalizado). No tenía un diagnóstico específico.
La rápida atención de los médicos y los exámenes que se le practicaron permitió saber que padecía de un cuadro severo de fiebre amarilla y
dengue.
En los subsiguientes días, gracias a los cuidados del personal de salud de la UCI del hospital de Jaén, María fue mejorando paulatinamente hasta su total recuperación. En los próximos días podrá reencontrarse con sus hijos y demás seres queridos.
Agradecimiento
Asimismo, sus ganas de no rendirse ante las dos enfermedades que la acometieron con fiereza, le han brindado una nueva oportunidad de vida que no está dispuesta a desaprovechar.
Por ello, la paciente compartió un emotivo agradecimiento hacia los médicos y todo el equipo asistencial del hospital de Jaén que la acompañó desde su ingreso a la UCI hasta su alta.
Recordó a la población la importancia de acudir al centro de salud si presenta síntomas que lo hagan sospechar que padece
fiebre amarilla o dengue.
“Esto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. La prevención es la mejor arma contra estas enfermedades”, enfatizó María.