Con la llegada del invierno limeño y el descenso de las temperaturas, el emoliente regresa como una de las bebidas más consumidas por sus múltiples beneficios, entre ellos mantener el cuerpo abrigado y mejorar el tránsito intestinal, gracias a sus ingredientes naturales como la linaza, la cebada y la cola de caballo.
Tradicional en puestos de venta públicos y preparado en hogares peruanos, el emoliente se elabora con hierbas medicinales y suele adaptarse según la región. En el norte del país, como en Piura, Chiclayo o La Libertad, se le suele añadir tamarindo para potenciar su efecto digestivo, mientras que en ciudades de la sierra como Arequipa o Puno se incorporan otros aditivos locales, sin perder su esencia saludable.
Una bebida aliada contra el estreñimiento
El biólogo del Instituto Nacional de Salud (INS), Jorge Cabrera, explicó que la linaza -uno de los ingredientes principales del emoliente- es una excelente fuente de fibra soluble, que aumenta el volumen de las heces y mejora la retención de agua, facilitando así su eliminación.
“No es normal que las personas dejen de ir al baño por dos o tres días. El emoliente, al tener linaza y cebada, ambas ricas en fibra, ayuda a evacuar de forma regular y natural”, subrayó el especialista.
La cebada y la cola de caballo, por su parte, actúan como diuréticos suaves que promueven la eliminación de líquidos y previenen la deshidratación, lo cual también favorece un mejor tránsito intestinal.
Más que una bebida caliente
Además de su efecto contra el estreñimiento, el emoliente aporta múltiples beneficios al organismo. Según el nutricionista Marco Taboada, esta bebida contribuye a reducir los niveles de colesterol gracias a la fibra presente en la linaza, la cual “arrastra” el colesterol y ayuda a eliminarlo.
“El emoliente también tiene propiedades antiinflamatorias y aporta minerales esenciales. Su consumo regular puede ayudar en casos de gastritis, cálculos renales y procesos digestivos lentos”, anotó el especialista.
Asimismo, el gel de sábila, presente en algunas variantes de esta bebida, contiene antioxidantes y aminoácidos que favorecen la cicatrización y también aportan fibra.
Consejos para su consumo
Los especialistas recomiendan consumir entre uno y dos vasos de emoliente al día, idealmente por la mañana o por la noche, para aprovechar mejor sus propiedades en épocas de frío. La preparación debe hacerse con un hervor ligero, no mayor a 3 o 4 minutos, para conservar los nutrientes de sus componentes.
La nutricionista Abu Sabbah, por su parte, sugiere utilizar una cucharadita de azúcar por vaso (aproximadamente 240 ml) y tener en cuenta que, aunque el limón mejora el sabor y el aroma, pierde gran parte de su vitamina C si se añade cuando la bebida aún está caliente.
En tiempos de frío, el emoliente se convierte en una opción saludable, económica y efectiva para mantenerse abrigado y cuidar el sistema digestivo. Una tradición que, además de calentar el cuerpo, cuida la salud.
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