“Este es un hallazgo extraordinario de nuestros investigadores que nos permite conocer mayores aspectos de la cultura Wari y nos revela el alto grado de integración comercial y cultural que había en el antiguo Perú”, manifestó el ministro Valencia.
El hallazgo
El descubrimiento se realizó en una de las 15 unidades de excavación, ubicada en la esquina sureste de la llamada plaza principal de Pikillaqta. En un hoyo de 70 centímetros de diámetro y 2 metros de profundidad, aproximadamente, se descubrió dos osamentas de camélido, asociados a evento de quema, con 8 conchas de spondylus y dos pequeñas láminas de plata elaboradas con la técnica de laminado-repujado.
Asimismo, a una profundidad mayor se halló una ofrenda ceremonial de forma circular, en cuya parte central estaba clavada una barreta.
Una lámina metálica de 73 centímetros de longitud y 18 centímetros de altura, dividía la ofrenda. Alrededor de la barreta se descubrió seis ídolos pequeños, separados en dos grupos, de los cuales dos son personajes zoomorfos, dos guerreros y dos pumas, elaborados en una aleación de cobre plateado mediante la técnica de vaciado. Uno de los guerreros lleva en la mano una cachiporra mientras que el otro tiene una lanza en la mano derecha y un escudo en la mano izquierda.
Al pie de estas figuras, se hallaron 24 piezas laminadas en plata que representan a mujeres guerreras; así como tres piezas antropomorfas completas, atadas de manos y 107 piezas que representan partes de cuerpos humanos, como brazos, piernas, cabezas y dorsos, todos manufacturados en spondylus.
El Parque Arqueológico Pikillacta es uno de los lugares preincas más famosos y mejor conservados de las ciudades antiguas que existieron en el Perú. Se desarrolló entre los años 600 y 1,000 D.C. por la cultura Wari proveniente de los Andes centrales (Ayacucho).
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