"Son la última esperanza para la mayoría de los pacientes más gravemente afectados por el nuevo coronavirus. Pero ni los sistemas de salud de los países más ricos del mundo tienen tantos respiradores artificiales como los que se cree demandará la pandemia de covid-19", señaló el medio de comunicación británico.
BBC Mundo agregó que esto ya ha obligado a doctores en Italia y España a tomar la difícil decisión de a qué pacientes conectar a estas máquinas y a cuáles no, lo que a menudo equivale a una sentencia de muerte.
Los respiradores son necesarios porque se estima que aproximadamente un 5% de los enfermos de covid-19 termina padeciendo del llamado síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA).
"Es la respuesta inflamatoria desmesurada (de los pulmones) a la infección, en este caso vírica, por coronavirus", explica el Dr. Oriol Roca, médico adjunto del servicio de medicina intensiva del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona.
"Se crea una especie de membrana y el oxígeno no puede traspasar esa membrana, lo que naturalmente produce insuficiencia respiratoria", describe el exjefe del servicio de neumología de ese mismo hospital, Dr. Ferran Morell.
"Es una condición que no tiene un tratamiento. Lo único es poner a los pacientes en ventilación mecánica y esperar que haya suerte y el organismo reaccione y venza al cuadro este", le dice a BBC Mundo.
"De los que ingresan ahora por distrés respiratorio del adulto en cuidados intensivos por el covid-19 se mueren la mitad", afirma el Dr. Morell. El porcentaje, sin embargo, sería significativamente mayor sin respiradores artificiales capaces de garantizar la llegada del oxígeno a la sangre.
Y esto es algo que, como explica el Dr. Roca, estos aparatos hacen de dos maneras: proporcionándole al paciente más oxígeno que el disponible en el aire que lo rodea y funcionando como una bomba que puede vencer la resistencia de la membrana que le impide el paso.
"En condiciones normales nosotros respiramos porque nuestro diafragma se contrae y hacemos entrar el aire que hay alrededor a nuestros pulmones. Pero cuando estos están inflamados este proceso que en condiciones normales gasta muy poca energía es mucho más costoso para el paciente y puede llegar a agotarlo", explica el intensivista del Vall d´Hebron.
"Entonces lo que el respirador hace es empujar el aire dentro del paciente y además darle no aire sino hasta 100% oxigeno, es decir, mucho más oxigeno del que estamos respirando", resume para BBC Mundo.
Sin dar abasto
El gran problema, sin embargo, es la falta de suficientes de estos equipos para hacer frente a la demanda generada por la pandemia de coronavirus. "5%, puede parecer poco, proporcionalmente", dice el Dr. Zabert refiriéndose al porcentaje de enfermos de covid-19 que terminan necesitando respiradores artificiales.
"Pero la contagiosidad del virus genera masas enormes de individuos nuevos con insuficiencias respiratorias, lo que hace que los recursos en cualquier parte del mudo sean insuficientes", explica.
En Reino Unido, por ejemplo, el gobierno está tratando de conseguir 30.000 respiradores adicionales para complementar los 8.000 disponibles en el país. Y 30.000 es el número de respiradores que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, estima necesita su estado para hacer frente a la pandemia.
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(FIN) BBC/JAM