Por Karina Garay @GarayKarApenas tenía 5 años cuando los especialistas le detectaron depresión. El primer indicador era el excesivo sudor en las manos, lo que alertó a su maestra, quien, sabiamente, aconsejó a la madre buscar ayuda especializada.
La ayuda llegó pronto, aunque no con la frecuencia que necesitaba, ya sea por cuestiones económicas como por la distancia que separaba su casa del hospital donde la atendían.
Según revela Itzel Calderón, por esas razones, hasta los 12 años, no logró mayor progreso, pero todo cambió cuando encontró al Centro Comunitario de Salud Mental de Carabayllo, en Lima Norte.
"Estoy orgullosa de mi recuperación y de mi mamá, quien fue la primera que estuvo a mi lado, me ayudó y creyó en mí y me hace sentir viva. Antes yo no vivía, estaba muerta en vida", sostiene.
Explica que desde que llegó al centro de Carabayllo recibió un gran trato. "Parecía una reina, me llamaban seguido para saber cómo estaba. He mejorado bastante después de un año y medio", comenta con optimismo.
Esta joven de 17 años se confiesa convencida de la importancia de recibir ayuda especializada que le permita a la persona reconocer y aceptar su
problema de salud mental.
"Todos tenemos defectos. Lo malo es quedarse callado. Creo que la mayoría tiene miedo de que la sociedad piense que quien va al psicólogo o al psiquiatra está loco, pero en realidad quienes lo hacen son muy valientes porque aceptan su enfermedad y luchan contra ella. Deberían sentirse orgullosos", afirma.
Itzel exhortó a aquellas personas que sienten o saben en su interior que algo está mal en ellas, que busquen ayuda profesional sin temor, para superar su problema y así volver a hacerse cargo de sus vidas.
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(FIN) KGR/ART
GRM
Publicado: 10/10/2017