En la búsqueda del involucramiento activo de la población frente a la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar, de enero de 2020 a diciembre 2022, se fortaleció las capacidades de 579 defensoras comunitarias, gracias al servicio de Estrategia Rural (ER) del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) en los pueblos indígenas u originarios.
Esta intervención, que es desarrollada por los 63 equipos gestores de la ER, comprende impulsar mecanismos de vigilancia comunitaria frente a la violencia de género a partir del liderazgo de las mujeres rurales y en coordinación con las autoridades y operadoras/es del ámbito rural, en el contexto del funcionamiento de los sistemas locales para la prevención, atención y protección.
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Una de ellas es Feliza Gamarra Atavillos del distrito de Masisea, defensora comunitaria desde hace tres años. “Me siento bien porque soy apoyo para mis vecinas y vecinos. Estoy encargada del distrito Barrio Alto. Me agradecen por el acompañamiento que doy. Antes, la comunidad hacía lo que podía, pero ahora nosotras coordinamos con los equipos de Estrategia Rural y la Policía Nacional del Perú para contribuir al buen vivir, a nivel comunitario y familiar”, detalló.
Desde el distrito del Tapo en Junín, Cecilia YngaRosales, defensora comunitaria hace cuatro años, cuenta que aprendió a escuchar y valorarse. “En mi comunidad hubo un cambio, porque les enseñamos a reconocer y prevenir la violencia desde el conocimiento de sus derechos, y para ello, seguimos contando con la asistencia técnica de las/los profesionales de Estrategia Rural”, expresó.
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Las defensoras comunitarias son mujeres líderes de las comunidades y distritos focalizados, quienes por 6 a 12 meses, aproximadamente, son capacitadas en vigilancia del riesgo, prevención, identificación, derivación y seguimiento de casos, lo cual tiene como objetivo fortalecer su liderazgo en la defensa de los derechos de las mujeres y poblaciones vulnerables.
Posteriormente, en coordinación con las instancias distritales y comunales de concertación y con el gobierno local, las defensoras son acreditadas, lo que les permite acceder a la protección necesaria ante situaciones de riesgo asociadas al ejercicio de su rol.
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En ese periodo de tiempo, el proceso de formación registró la participación de 5419 mujeres. Entre ellas, se autoidentificaron como población indígena andina (quechua o aimara), población indígena amazónica (asháninka, awajún, kichwa, murui-muinani, kukama kukamiria, shawi, yanesha y wampis), afrodescendientes y población mestiza.
(FIN) NDP/TMC
JRA
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Publicado: 12/2/2023