En otro momento, enfatizó que Dios nunca se desanima de nosotros. "Y si alguien se desanima de Él, los invito a agarrar la Biblia", añadió.
Resaltó los muchos ejemplos que -afirmó- tenemos los peruanos, como el de san Martín de Porres, a quien nada le impidió cumplir sus sueños, gastar su vida por los demás y amar. "Y lo hizo porque había experimentado que el Señor lo había amado primero así como era, mulato y teniendo que enfrentar muchas privaciones a los ojos humanos o de sus amigos".
Francisco insistió en que el Señor no se cansa nunca de confiar en cada uno de nosotros y que la respuesta a ello debe ser confiar en él. aunque a veces sea muy difícil y tengamos pensamientos negativos .
"Y pareciera que nos vamos quedando fuera del Mundial, que nos van ganando, y aun en ese momento en que se nos viene la descalificación hay que seguir confiando", dijo el Santo Padre en clara alusión a lo que vivió la selección nacional de fútbol para lograr su
clasificación al Mundial de Rusia 2018.
No se den por vencidos
El
Pontífice remarcó que en algún momento uno puede sentir que se queda sin el sueño de su vida o que la fe se acaba. "Todos pasamos por eso pero no se den por vencidos, no pierdan la esperanza, no se olviden de los santos que desde el cielo nos acompañan, acudan a ellos, recen y no se cansen de pedir su intercesión", tras señalar que
el Perú es una tierra "ensantada".
Agregó que Jesús quiere ver a los fieles en movimiento. "Te quiere ver llevar adelante tus ideales. que te animes a seguir sus instrucciones, él los llevará por el camino de la bienaventuranza. El camino que no es nada fácil pero es apasionante, que no se puede recorrer solo sino en equipo, dando cada uno lo mejor que puede dar de sí. Jesús cuenta contigo como lo hizo hace mucho tiempo con Santa Rosa (de Lima), con San Martín de Porres, con Francisco Solano, Santo Toribio de Mogrovejo y San Juan Masías".
"Y por eso hoy te pregunto a vos, ¿estás dispuesto a seguirlo?, y mañana y dentro de una semana?", a lo que la gente agolpada en la plaza contestó con un sonoro: "¡Sí!".
El Santo Padre agregó de inmediato: "No estés tan seguro. Si quieres, si estás dispuesto a seguirlo, pídele que prepare tu corazón", aseveró.
No a la violencia
Más adelante, el Sumo Pontífice pidió orar en silencio por la República Democrática del Congo, cuyos habitantes viven momentos difíciles. "El mundo está lleno de ciudades y pueblos, de problemas y de guerras, y hoy me llegan noticias muy preocupantes del Congo. Desde esta plaza y con todos estos jóvenes, pido a las autoridades, a los responsables en este amado país, que pongan su máximo empeño y esfuerzo a fin de evitar toda forma de violencia y buscar soluciones en favor del bien común".
Luego, el Santo Padre rezó la oración del ángelus junto a todos los presentes y se despidió con un simple "hasta la vista", siendo ovacionado con aplausos y vivas por su entusiasmado auditorio.
También en Andina: