Un macerado de diferentes hierbas aromáticas, elaborado con agua caliente, rocoto y eucalipto es un excelente bioplaguicida natural y económico ante el incremento de los productos químicos para la agricultura, que vienen descubriendo y utilizando productos del distrito ancashino de Pamparomas.
Especialistas del Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) y el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) enseñan a los pequeños productores del centro poblado de Pichiu, ubicado en el distrito de Pamparomas, provincia de Huaylas, región Áncash, diferentes
fórmulas de insumos naturales que se pueden elaborar de forma sencilla y práctica.
Los talleres son parte de la Escuela de Campo para Agricultores (ECA) que Sedir y el Senasa han implementado con la finalidad de que hombres y mujeres del campo adopten soluciones sencillas para mejorar e incrementar el rendimiento de sus cultivos.
“La ruda, por ejemplo, es un buen biorrepelente de plagas. Todas estas ideas ayudarán a los productores ante el incremento de los fertilizantes químicos. También soy productor y estamos afectados por el alza de costos”, explica el técnico del Sedir, Wilmer Alegre.
Recordó que el aumento de precio de los fertilizantes químicos incluso ha provocado que los agricultores disminuyan su capacidad de siembra o, en otros casos, dejen de sembrar algunos cultivos. Las actividades de SEDIR se realizan en el marco del proyecto de cooperación con la Fundación Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED).
Soluciones ecológicas
Los
bioplaguicidas son productos elaborados con vegetales o hierbas que ayudan a controlar las diferentes plagas que afectan a los cultivos. También existen insumos que actúan como biofungicidas, como el orégano; y los bioinsecticidas elaborados a base de rocoto y cebolla.
“Los bioplaguicidas orgánicos se pueden hacer con insumos existentes en cada zona y cada uno de ellos tiene una función. Por ejemplo, el rocoto y el ajo son buenos biorrepelentes de plagas que afectan productos hortícolas", explicó el especialista del Senasa, Manuel Guerrero.
El taller estuvo a cargo del especialista en sanidad vegetal del Senasa, Antonio Vargas, quien expuso sobre las diferentes plagas que atacan a los cultivos y las diferentes formas de controlarlas para evitar pérdidas económicas.
También se explicó que se puede moler 12 onzas de kion y dejar en 2 litros de alcohol durante 8 días para usarlo como fungicida botánico. Además, un insecticida muy efectivo es un prestado de medio kilo de hojas trituradas de eucalipto en 2 litros de agua para usarlo luego de 24 horas de reposo. La misma función tiene el preparado de una cabeza de ajo y cebolla en un litro de agua.
El alto costo de los productos fertilizantes ha creado la necesidad de productos alternativos ecológicos propuestos por Sedir en alianza con el Senasa, como los bioplagucidas y el biol.
Más en Andina:
(FIN) GHD/MAO
Publicado: 14/6/2022