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'Samurai' Sawa, un japonés ídolo en tierra de los Incas

Masakatsu Sawa. Foto: AFP

12:30 | Lima, feb. 21.

Kashiwa, ciudad que bautiza a un club de primera división de Japón, lo vio nacer en el fútbol. Masakatsu Sawa anheló jugar por su selección. No ocurrió, el destino lo llevó a defender un club del otro lado del Pacífico, con los mismos colores de su bandera.

El "Samurai" Sawa, es la estrella de Deportivo Municipal del Perú, el humilde pero aguerrido club de franja roja sobre un lienzo blanco, de primera división. Creció hablando y escribiendo en japonés, pero hoy conquista esta nación sudamericana con un idioma que todo el mundo entiende: el gol.


Sawa, hoy de 34 años, ha dado gloria a Perú y a Japón. En 2006 fue el primer japonés en anotar en la Copa Sudamericana en 2006, cuando jugaba por Bolognesi. Y en 2008, el primer nipón en hacer un gol en Libertadores, cuando defendía al Cienciano. "Eso queda en la historia", confiesa.

"La gente me dice que soy un ídolo, pero yo no lo siento así. A mi da mucha vergüenza que me comparen con los ídolos que aún existen en Perú", dice Sawa a la AFP, al final de los entrenamientos en el estadio Iván Elías Moreno al sur de Lima. Lo acompaña su hijo Yushi, con quien se divierte y disputa algunas pelotas.

"El hijo del gol"

"Mi papá era trabajador de una empresa, y mi mamá ama de casa. Nací en una ciudad llamada Kashiwa, cerca de Tokio", cuenta quien en Perú también es conocido como "El hijo del gol".

Tras descubrir su interés y su talento de futbolista, este atacante de 1,73 metros emigró a los 18 años a Argentina, para entrenar en la división de menores del club River Plate. "Tuve la oportunidad de conocer a (Javier) Mascherano, (Gonzalo) Higuaín y (Radamel) Falcao que hoy son los mejores jugadores de Europa", recuerda.

Vivió cuatro años en una pensión de River Plate, donde aprendió a hablar español con acento argentino. "Cuando llegue de Argentina a Lima, la gente me decía: por qué hablas como argentino, es raro", rememoró. Hoy está casado con una peruana y tiene dos hijos. Sawa nunca se nacionalizó, ni siquiera cuando lo invitaron a hacerlo para defender los colores de Perú, en 2007. 

"Me pidieron nacionalizarme para jugar por la selección peruana, pero yo no quise porque quería algún día jugar como japonés en la liga competitiva y por mi país", explicó.

Un sueño que cumplió en parte. En 2008 volvió a Japón para defender al club de su tierra natal, Kashiwa Reysol, donde logra cuatro títulos y participa en el Mundial de Clubes 2011. Quedaron en cuarto lugar, tras ser derrotados por el Santos de Neymar.

Y pese a que estuvo en una nómina tentativa para ser convocado por la selección de su país, quedó fuera por lesión. "Me gustaría jugar hasta los 40 años y que mi hijo haga lo mismo, pero su futuro y destino lo decidirá él mismo", considera.

Gloria en Perú


Sawa debutó como jugador profesional con el popular club limeño Sporting Cristal, bajo el mando del técnico peruano José Guillermo del Solar en 2005, donde salió campeón. En aquella época llegaba en bicicleta a los entrenamientos.

En 2006, fichó por el club Bolognesi de Tacna, bajo el mando del DT argentino Jorge Sampaoli, que empezaba a dirigir clubes de primera división. "Sampaoli me llamaba coloquialmente 'ponja' (Japón, con las sílabas invertidas). Era muy exigente, tenía una metodología muy mecanizada y muy táctica", manifestó el artillero, con 42 goles en su carrera.

En 2007, llega a Deportivo Municipal, el único año en dicha década en que el cuadro de la Comuna estuvo en primera división. Pasó al Cienciano y, tras ir al Japón por cuatro años, volvió a la Academia -que estaba en segunda división- en gloria y majestad.

Más allá del apelativo de "Samurai", confiesa que no practica artes marciales: "Si me pasa algo ya me defenderé como sea".

(FIN) AFP/JAM

Publicado: 21/2/2017