Más del 90% de los bebés prematuros nacidos en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza del Ministerio de Salud (Minsa) son beneficiados con leche materna del Centro Recolector de Leche Humana de este establecimiento de salud.
La doctora Rosario Inés López Alguiar, jefa del Servicio de Neonatología de este nosocomio, indicó que la leche humana y la lactancia materna son primordiales para la pronta recuperación y desarrollo global de los recién nacidos prematuros.
La especialista indicó que en el 2018 se registraron 2,617 nacimientos, de los cuales 72 fueron bebés prematuros; es decir, 2.75% del total y 40 fueron prematuros extremos (menos de kilo y medio de peso al nacer), cifra que representa el 1.52% del total.
Por ello, la especialista agregó que la finalidad del Centro Recolector es recabar, a través de donaciones, la mayor cantidad de leche humana de modo que se pueda no solo cubrir la demanda de los bebés prematuros nacidos en el Hospital Loayza, sino también los de otras instituciones.
López precisó que durante el año 2018 se logró recaudar alrededor de 130 litros de leche materna, gracias a la donación de 60 mamás que tienen buena cantidad de leche y de las madres que tienen a sus hijos hospitalizados.
La especialista agregó que no importa la cantidad de leche materna que las madres puedan donar, lo más importante es tener la voluntad de querer hacerlo y ayudar a un bebé prematuro, ya que “la leche humana es un fluido vivo único que además de contener nutrientes como proteínas, grasas, carbohidratos, minerales, oligoelementos y vitaminas, contiene inmunoglobulinas y oligosacáridos que tienen una función estimulante de las defensas del cuerpo y contribuyen con el neurodesarrollo”.
Resaltó que la importancia de la leche humana es su biodisponibilidad al 100% y su rol en la reducción de las infecciones.
Enterocolitis necrotizante
En recién nacidos prematuros el consumo de esta disminuye hasta en un 70% la posibilidad de desarrollar una enfermedad llamada enterocolitis necrotizante que es propia del prematuro y está relacionado a un sistema digestivo inmaduro y al uso de sucedáneos (fórmulas o leches maternizadas)”.
La enterocolitis necrotizante es una enfermedad intestinal grave que provoca la inflamación, necrosis y perforación del intestino grueso en los bebés recién nacidos y es más común en prematuros.
Mientras más reducido sea su peso y edad gestacional el riesgo de que desarrolle esta enfermedad es mayor.
En algunos casos se ha tenido que cortar la zona lesionada porque ya no se recupera y el niño queda con un síndrome de intestino corto.
“Este problema altera la calidad de vida del menor, aumentando la estancia hospitalaria y muchas veces no superan este síndrome produciéndose la muerte”, explicó López.
El consumo de leche materna reduce los casos de enterocolitis necrotizante porque contribuye a que la digestión sea idónea para el bebé prematuro, evitando la regurgitación o distensión abdominal, entre otros problemas.
Más en Andina:
(FIN) NDP/ART
Publicado: 17/2/2019