Por José Vadillo VilaTres veces por semana, más de 500 pescadores y sus familiares en los puertos de la costa peruana, así como en el lago Titicaca, en Puno, desarrollan sus estudios de secundaria en los CEBA. Los docentes, que este 6 de julio celebrarán su día, van en busca de nuevos alumnos hasta los muelles, convencidos de que la educación es la herramienta para salir adelante.
A 15 brazadas de la superficie,
Juan Carlos Girón Calle extrae “todo lo que se mueve bajo el agua” –léase moluscos, cangrejos, caracoles, conchas de abanico, peces–. Aprovecha que está solo con su balón de oxígeno, en las frías aguas del Mar de Grau, para resolver mentalmente algunos problemas que
sus profesores le han dejado de tarea.
Desde hace 24 años, trabaja hasta cinco horas al día sumergido a más de 10 metros de profundidad. En el muelle de pescadores artesanales del Callao lo esperan sus hermanos, pescadores como él. Tres veces por semana, después de colgar su traje de hombre rana, Girón asiste a clases en el AA. HH. Gambeta.
Es su rutina desde hace tres años. Este 2019 terminará cuarto avanzado en el
Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA). Es equivalente al quinto de secundaria de la Educación Básica Regular. A veces, quiere tirar la toalla, pero continúa porque quiere ser el ejemplo de sus cinco hijos. “Es un poco difícil, pero no imposible”.
Juan Carlos no terminó sus estudios “por motivos familiares”. Debía ayudar económicamente a sus hermanos. Un día, vio en el muelle un aviso invitando a los pescadores a inscribirse gratuitamente y no lo dudó. Solo necesitaba la copia de su DNI. “Aproveché la oportunidad. No la dejé ir”.
A fin de año, obtendrá su certificado de estudios. Juan Carlos quiere estudiar una carrera corta. Tal vez se anime por electricidad.
Jenny Martínez (30) también vio el aviso en el muelle y se animó a terminar los estudios secundarios que había suspendido hace 15 años. El mayor de sus dos hijos es quien más se emociona al verla hacer sus tareas y salir corriendo a clases. Este año, Jenny hará promoción junto a 22 compañeros. Su esposo, que es alineador de lanchas, la alienta a que continúe estudiando. Con una carrera, aportará a la economía familiar.
“Hay que esforzarse para progresar. Sin estudios no se pueden hacer nada”, dice Cristian Livia (33), administrador interino del Desembarcadero Pesquero Artesanal del Callao, cuando se le pregunta sobre los exámenes en el CEBA PAEBA Piloto Regional de Excelencia del Callao.
Ya animó a algunos de los 4,000 pescadores que laboran en el muelle chalaco. La primera en sumarse fue su esposa, Liz Adriano, que a sus 23 años cursa el tercero avanzado –dejó de estudiar por el nacimiento de sus hijos–. Su suegra y cuñadas les ayudan a cuidar a los críos. “Si no nos ponemos a estudiar, ¿cómo podemos apoyar a nuestros hijos con las tareas que les dejan?”, me pregunta Cristian. Ya analiza qué carrera estudiará cuando acabe la secundaria.
De los 63 matriculados en el CEBA, algunos son adultos mayores. Como Domingo Tacu (75), jubilado y extrabajador de Pescaperú. A fines de los setenta, dejó de estudiar la secundaria. Dice que desde los noventa no hay trabajo para los pescadores, sus hijos y nietos. En un puñado de meses terminará el colegio. Y para ello batalla con las matemáticas. Domingo ya aprendió a leer los mapas; sabe qué país limita con cuál.
Le gusta que el libro que les dio el
Ministerio de Educación (Minedu) relacione la enseñanza con la pesca. Se animó a estudiar porque el partido político en que milita necesitará para el 2021 personas preparadas. “Me voy a preparar un poquito más”.
Los dos hijos adolescentes de la profesora Carmen Carrasco a veces se ponen celosos. Juran que la pedagoga se preocupa más por sus alumnos adultos que por sus propios vástagos. Ella procura mantenerse conectada por Whatsapp o Facebook con sus alumnos. O los visita personalmente, tanto en el muelle como en sus casas (la mayoría son vecinos de los pueblos jóvenes Puerto Nuevo y Gambeta).
“Me preocupan mis alumnos porque conozco a muchos de ellos y trato de apoyarlos. Es gratificante ver a muchos jóvenes y madres de familia insertados de nuevo en los estudios, con la esperanza de terminarlos. Mediante el CEBA podemos cambiar vidas porque tiene la ventaja de ser semipresencial y flexible”, explica.
El CEBA PAEBA atiende a 68 pescadores artesanales y sus familiares. Tanto el primero avanzado, equivalente a primero y segundo de secundaria, como el segundo avanzado (tercero de secundaria) tienen clases los viernes y sábados, de 14:00 a 17:45 horas, y de 18:00 a 21:45, respectivamente.
El centro está a cargo de dos profesores y un director. La profesora Carmen se encarga del dictado de
Matemáticas, mientras que su colega,
Jorge Figueroa Ramos, se encarga de los cursos de Letras.
El programa empezó a operar en el 2017. Atendía en el mismo muelle, pero cuando se cayó el techo del auditorio, empezó la mudanza. Primero a Puerto Nuevo, a un local que les facilitó la dirigencia. De ahí, al AA. HH. Gambeta.
El Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero
(Fondepes) ya arregló diversos ambientes del muelle y en agosto
los profes esperan volver a dictar las clases en el embarcadero.
Los profesores dicen que enseñar en un CEBA da mayores satisfacciones que en hacerlo en colegios de la Educación Básica Regular porque se ve cómo los adultos superan adversidades y salen adelante. Muchos colegas tienen miedo de ir al muelle a trabajar, a convencer a los alumnos, de preocuparse del desempeño de sus alumnos. Alguna vez sufrieron un asalto, pero ya los conocen, y los propios alumnos cuidan a sus profes.
Esta modalidad ha sido desarrollada por el Minedu en respuesta a una demanda del Ministerio de la Producción y el Fondepes para que los pescadores artesanales culminen la educación básica en pro de su formalización.
Datos:
- La Educación Básica Alternativa ofrece oportunidad apersonas mayores de 14 años que deseen culminar su primaria y secundaria.
- La propuesta para pescadores artesanales busca que esta población culmine la educación básica, mejorando su empleabilidad. Este servicio ha podido concretarse gracias a la coordinación del Minedu con
Produce y Fondepes.
- Los CEBA están dirigidos a los hombres de mar, sus esposas, hijos, y los adultos mayores.
- Según el Censo Nacional de Pesca Artesanal, 57% de los 44,161 pescadores no accedieron o no culminaron la educación básica.
- 600 pescadores artesanales estudian en CEBAS de los puertos de las regiones Áncash, Callao, Ica, La Libertad, Lima, Loreto, Moquegua, Piura, Puno y Tumbes, a cargo de 28 docentes contratados por el Estado.
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(FIN) JVV/KGR/LIT
Publicado: 5/7/2019