Aclaró, sin embargo, que dicho tratamiento puede iniciarse tan pronto se conozca que la gestante es positiva al VIH, a fin reducir el riesgo de la transmisión de madre-hijo.
Por tal motivo, Matos recomendó a las gestantes someterse a las pruebas de tamizaje de VIH, los cuales se ofrecen de manera gratuita en los hospitales del Minsa. Los resultados se conocen en menos de 20 minutos.
Cesárea
Un segundo paso que busca garantizar un nacimiento sin riesgo de transmisión de VIH al bebé es un procedimiento especial de cesárea, donde se retira el saco gestacional (bolsa de la placenta) del abdomen materno antes de cortar el cordón umbilical, a fin de eliminar toda posibilidad de contacto de la sangre de la mamá con el recién nacido.
“Se prefiere la cesárea porque, cuando el bebé sale por el canal vaginal, las secreciones maternas, el líquido de la sangre o el líquido meconial pueden tener todavía pequeñas cantidades de virus de VIH si es que no se ha controlado bien durante todo el proceso”, anotó.
Lactancia materna
Matos explicó que, apenas nace el bebé, las madres no pueden darle de lactar porque la leche podría tener pequeñas cantidades del virus y transmitirlo al menor.
“Para asegurarnos, apenas el bebé nace, se le administra a las madres unas pastillitas para que la leche se corte y no tenga posibilidad o el deseo de darle de lactar”, señaló.
Por tal motivo, Matos informó que los hospitales del Minsa le proporcionan a la madre con VIH leche maternizada, de manera gratuita y durante más de un año, para asegurar la salud del menor y reducir el riesgo de infección.
Hombres con VIH
Matos explicó que cuando los varones con VIH positivo quieren ser padres biológicos, deben someterse a un procedimiento de lavado de espermatozoides, que consiste en sacar las células infectadas antes de inocular los espermatozoides sanos en el útero de su pareja.
“Nosotros tenemos gran cantidad de mamás cuyas parejas son personas con la condición de VIH positivo. Felizmente la mayoría de ellos está tomando terapia antirretroviral y el virus del VIH ya no se encuentra ni en la sangre ni en el esperma”, indicó.
El especialista informó que la tasa de transmisión de madre a bebé es menor de 2%, siempre y cuando las mujeres cumplan con todas las indicaciones, que van desde el tratamiento antirretroviral hasta la cesárea.
Dijo que anualmente, el hospital Arzobispo Loayza atiende a un promedio de 30 gestantes portadoras del VIH, quienes reciben atención a cargo de un equipo multidisciplinario, formado por infectólogos, neonatólogos, ginecobstetras, enfermeras y obstetras.
(FIN) LIT/RRC