Muchas mujeres provenientes de los sectores socioeconómicos “A” o altos, que son víctimas de maltrato físico o psicológico por parte de sus parejas, no denuncian el hecho por miedo a la vergüenza pública o al “qué dirán”, además de las consecuencias legales, sociales y familiares que ello acarrea, señaló el psicoterapeuta Manuel Saravia.
En declaraciones a la Agencia Andina, el especialista sostuvo que, generalmente, la violencia de género en este sector se convierte en una especie de “secreto de familia” durante muchos años, y que incluye hasta el abuso sexual.
Dijo, incluso, que esa necesidad de denunciar el drama que viven estas mujeres se limitan a una “queja” que muchos psicólogos o terapeutas escuchan a diario en sus consultorios, que funcionan como un filtro o soporte a estas personas que se sienten acorraladas.
“Es allí donde se inicia el proceso y las personas son conscientes que están en una relación inadecuada, tormentosa, y reciben la ayuda profesional, y muchas veces esas relaciones se rompen, o buscan salvarlas o repararlas”, recalcó.
Saravia sostuvo asimismo que estas mujeres permiten el maltrato en razón a la dependencia económica que tienen con la pareja, con baja autoestima y aislamiento de su entorno.
El especialista anotó que se han sometido al esquema que ha sido desarrollado por su pareja de ser el proveedor familiar y que muchas veces termina en un tema de violencia basado en el control y los celos.
“Se ve mucho que son mujeres entre 35 y 50 años que nunca han trabajado, que pueden ser profesionales pero que no han ejercido por alguna razón; se han dedicado a su casa, a sus hijos. No han tenido necesidad de trabajar”, manifestó.
No descartó que muchas de estas mujeres se nieguen a denunciar el maltrato porque están pasando por una etapa de síndrome de “hasta que” mis hijos sean mayores, a fin de proteger a sus vástagos de la violencia del padre.
“Hasta que termine el colegio, la universidad o hasta que trabaje, que sean más independientes”, indicó.
Agresores
En otro momento, Saravia señaló que los agresores de mujeres son generalmente personas con rasgos narcisistas, centradas en sí mismas, que buscan alejar a las mujeres de su familia de origen, de sus amigos y de las reuniones sociales.
“Van a impedir que tengan un desarrollo económico autónomo, que sean independientes. Buscarán aislarlas de todo. Son relaciones que no suman sino que restan y que finalmente terminan aislándolas”, señaló.
En tal sentido, el psicoterapeuta recomendó a las mujeres que, antes de involucrarse emocionalmente con un hombre, busquen conocer bien sus antecedentes familiares, amicales y sus relaciones con anteriores parejas.
“Creo que hay que tomarse un tiempo para conocer el pasado de esta persona, de dónde viene, cómo se lleva con su familia de origen, allí vamos a tener bastante información importante”, subrayó.
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JRA
Publicado: 5/9/2016