Si hay un elemento presente en los últimos 400 años y que es sinónimo de indiscutible peruanidad es el pisco. Y este Bicentenario de la Independencia es la ocasión perfecta para apreciar y valorar lo bueno que tiene nuestro país y, sin lugar a dudas, enorgullecernos de que el Perú es la cuna de esta bebida espirituosa.
Así lo sostuvo el embajador de Perú en Bélgica, Gonzalo Gutiérrez, a la Agencia Andina al reafirmar que nuestro país es “el resultado de una síntesis de culturas”.
Los elementos que componen el Perú del Bicentenario a lo largo del tiempo se han ido sumando para matizar y enriquecer nuestro carácter, costumbres y tradiciones, aseveró.
“Un temprano elemento de esa síntesis es nuestra bebida más emblemática, el pisco. Nace de la uva traída por los españoles, del idioma quechua y del terruño peruano, que da a la uva su carácter, sabor y linaje. Surge del trabajo de los peruanos y de su habilidad para obtener lo mejor de esta tierra”, expresó.
En la historia
“Está reflejada en las crónicas de Guaman Poma de Ayala y en los informes de viajeros como el francés Amadeo Frézier, en 1712; el chino Fu Yunlong, en 1889; o en las memorias de William Miller, héroe de nuestra independencia. Va desde la provisión del aguardiente a las tropas de la expedición libertadora hasta las normas dictadas por Hipólito Unanue en 1821 para evitar el contrabando de la bebida”, explicó.
Se encuentra insertada en la defensa de lo nuestro, como la que llevó adelante la Embajada del Perú en los Estados Unidos a mediados de la década de 1930, y que concluyó en que las disposiciones estadounidenses consideraran al pisco de nuestro país como un ejemplo de la vinculación entre una bebida espirituosa y el nombre de su lugar de origen, continuó.
Destacado en las artes
La bebida de bandera ha sido destacada en las artes por pintores como Pancho Fierro, así como por literatos tan connotados como Herman Melville o Rudyard Kipling, e incluso por artistas de la cultura popular como Georges Remi (Hergé), quien en el libro El templo del Sol, de su personaje Tintín, incluye al pisco como un referente del Perú.
“Y ese vínculo entre nuestro país y su bebida de bandera se ha fortalecido a lo largo de los años. Usando las más modernas categorías del derecho de propiedad intelectual vinculado al comercio, hoy en día la denominación de origen o la indicación geográfica del pisco del Perú son reconocidas en una gran cantidad de países”, subrayó.
El embajador Gutiérrez resaltó, además, que la modernización de las reglas ha permitido que a lo largo del tiempo contemos con normas técnicas peruanas, que nos señalan el modo de producción del pisco; las zonas que delimitan su denominación de origen; el tipo de uvas con las que debe prepararse la bebida; las diferentes clases de pisco y su precisa graduación alcohólica.
“Cumplidos nuestros 200 años desde la proclamación de la independencia y más de 400 de la presencia del pisco en nuestra historia, ahora la tarea que se yergue ante nosotros es mantener una actitud coordinada, vigilante y proactiva para defender nuestra denominación de origen”, manifestó.
Debe hacerse, en su opinión, con una permanente complementación entre los productores y el Estado peruano, que permita mantener su alta calidad y, al mismo tiempo, promover y colocar nuestra bebida de bandera en todos los mercados del mundo.
Manifestó que “debemos seguir investigando nuestra historia para consolidar aún más la ya reconocida trayectoria que atestigua sin la menor duda que el pisco es el la bebida del Perú”.
“El Bicentenario es una ocasión para apreciar lo bueno que tiene nuestro país; y, sin lugar a duda, una de las cosas de las que debemos enorgullecernos es que el Perú es la cuna de esta magnífica bebida, el pisco”, sentenció.
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(FIN) JOT