Marlitt Rodriguez Francia es responsable de que las entidades públicas del país cuenten con su archivo documentario organizado según los estándares internacionales, a fin de que en el futuro se sumen al patrimonio y memoria histórica a cargo del Archivo General de la Nación. Esa es su misión.
Fue hija de un militar que por su buena letra dejó su condición de soldado raso para asumir responsabilidades administrativas en la institución militar. Don Benedicto no solo escribía clarito, también fue ordenado con las cuentas y documentos. Ambas habilidades las heredó Marlitt, quien desde hace casi cuatro décadas las pone al servicio del acervo documentario del Estado.
Llegó al Archivo General de la Nación (AGN) a inicios de los años 80, cuando sonaban en la radio Rubén Blades y Juan Gabriel. Entonces, la especialidad de manejo archivístico no existía. Antes hizo sus prácticas en el Tribunal Agrario del Poder Judicial, en donde su tarea consistió en reunir documentos de las antiguas haciendas norteñas.
“Pensé que realizaría labores de investigación, pero no, me encargaron llenar bolsas con papeles antiguos y ordenarlos. En uno de los viajes descubrí en una vivienda antigua y abandonada de Paita documentos escritos en chino. Eran contratos de trabajo de mitad del siglo XIX e inicios del XX”, recuerda.
Marlitt, nombre inspirado en el seudónimo de una célebre escritora alemana del siglo XIX, cuenta que asumió la jefatura de Evaluación e Implementación de Normas Archivísticas del
AGN en 1994. Un cargo para una función todavía incomprendida, dice.
Documentos y memoria
“Nadie entiende y menos las autoridades que los documentos de su institución son valiosos y deben estar bien organizados y al alcance, en espacios adecuados y a cargo de personas capacitadas”, agrega.
“Aún no se dan cuenta de que los documentos para el Estado son valiosos, pues aseguran una buena gestión, información transparente y calidad en los servicios a la
ciudadanía, pero también se puede enfrentar a la corrupción”, comenta.
Desde el área que dirige esta socióloga experta en normativa archivística, provee de normas, técnicas y metodologías a aquellas personas que cuidan la memoria institucional para que preserven todos los documentos que se producen allí. También capacita en la Escuela Nacional Archivística. Personas con discapacidad física, auditiva o con síndrome de Down, Asperger o autismo han sido formadas para proteger el patrimonio documentario.
El AGN cumplió 158 años en mayo. Todo el mundo cree que solo custodia el patrimonio histórico documentario que data de la Colonia y la República. No es así, señala la servidora pública.
“Por eso mi misión es garantizar que el patrimonio documental esté en buenas condiciones, como memorándum bien redactados, con numeración y siglas correctas. Parte de él se sumará a la memoria histórica dentro de algunos años. No es una obligación hacerlo, es una necesidad”. Marlitt quiere hacer historia.
Hoja de vida
Licenciada en Sociología. Facultad de Ciencias Sociales de UNMSM (1971-1977).
Curso de PosGrado Simple: Didáctica Superior, de la UNMSM – Archivo General de la Nación (1998).
Estudios concluidos de Maestría en Docencia Universitaria de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta (2008).
III Diplomado en Interculturalidad e Identidades. UNMSM – Indepa (2010).
Diplomado sobre Archivística y Gestión Documental. Escuela Nacional de Archiveros en convenio con la UNMSM (2012).
(FIN) SMS
Publicado: 10/7/2019