Factores como el cambio climático favorecen las condiciones para la proliferación de diversas plagas que afectan la salud de las personas y la rentabilidad de empresas y negocios; y ante ello estudios recientes dan cuenta que algunos insectos no solo muestran una gran capacidad de adaptación a las nuevas condiciones ambientales, sino también se están volviendo más resistentes a los insecticidas.
Según el biólogo Ernesto Berrocal, especialista en plagas de Productos y Servicios Agroindustriales (PSAI), el calentamiento global hace que las plagas cuenten con las condiciones necesarias para reproducirse y propagarse, ya que acorta el ciclo de vida de los insectos provocando más generaciones durante el año, beneficia a los insectos más resistentes y altera las propiedades y eficiencia de los insecticidas utilizados para el control de plagas urbanas.
Dio a conocer que estudios recientes desarrollados en Europa, dan cuenta que insectos rastreros como la cucaracha urbana se están volviendo resistentes a múltiples clases de insecticidas, lo que puede hacer imposible el control de esta plaga solo con el uso de medios químicos.
Indicó que la mayor proliferación y resistencia de las plagas ocasiona pérdidas económicas no solo en la agricultura sino también en los negocios urbanos de todo tamaño, así como daños en la infraestructura de las empresas y en la salud de la población.
Frente a esta creciente amenaza para la salud de las personas y el desarrollo de las empresas, el biólogo especialista en plagas recomendó a los negocios, sin importan tamaño o actividad, implementar el control integrado de plagas para hacer frente a las plagas urbanas más frecuentes en nuestro medio, como de roedores (ratas y ratones), cucarachas, insectos rastreros y voladores (moscas y mosquitos), hormigas, larvas y otros bichos.
Ernesto Berrocal explicó que estas plagas pueden afectar a todo tipo de empresas, principalmente a la industria de alimentos, a los negocios gastronómicos (restaurantes), al sector hotelero y de servicios. El sector agrícola y agroindustrial enfrentan diversas plagas como de moscas, pulgones y larvas.
Precisó que el control integrado de plagas incluye acciones de control físico y químico, además de una buena gestión del entorno, entre ellas la fumigación, gestión de fauna, tratamientos biológicos y planes preventivos en materia de riesgos laborales asociados a plagas que pueden causar daños en la salud de las personas y la infraestructura de la empresa.
Recomendó a las empresas en general a prevenir la entrada de plagas en sus instalaciones, ya que es la forma más efectiva del control integrado. “Estas invaden todos los espacios en los que se desarrollan las actividades humanas en busca de alimento y refugio, por lo que es necesario que las empresas implementen el control integrado de plagas, para evitar pérdidas debido a la contaminación y las condiciones insalubres en los procesos productivos”, comentó.