Por Cecilia FernándezCuando hablamos de libros y de estos inmersos en un espacio conocido como biblioteca, nos imaginamos estantes repletos de publicaciones, pero esta visión en el 2019 se ve transformada y reconocida, mediante hechos concretos, en el importante papel que desempeña como fuente de conocimiento e integración económica en la comunidad.
Por ello, Skye Patrick está presente en el stand de la Embajada de los Estados Unidos en la Feria Internacional del Libro de Lima. Ella es una documentalista que viró su vida al mundo de las bibliotecas hasta convertirse en enero de este año en la “Bibliotecaria del año” por el Library Journal, una de las publicaciones más reconocidas de la industria. La historia de Skye es motivadora y demuestra el poder liberador del conocimiento que de niña la hizo “salvar su vida”.
–Skye, ¿cómo lo procesaste al lograr esta distinción?
–Considero que esta distinción reafirma el concepto de lo que significa que el terreno de la bibliotecología se está transformando. Que alguien como yo reciba un premio como este significa que las cosas sí que están cambiando, de todas maneras, pero que este cambio se está dirigiendo hacia un lado diferente.
–Si se dice que la gente lee menos, ¿cómo llegar a un público por medio de un libro?
–La gente sigue leyendo. Sucede que lee diferente al modo tradicional. Ya no está leyendo un libro de la primera página hasta la última corriendo. La gente está adquiriendo esa información de manera distinta.
–¿Y cómo nace en ti el hábito de la lectura?, ¿algo o alguien te marcó para eso?
–Yo no era la típica niña estudiosa que siempre estaba leyendo un libro. Pero sí muy curiosa, así que esa curiosidad fueye conocer un mundo más amplio del que yo venía; era originaria de un pueblo pequeño.
–¿Siempre fue una opción para ti esta carrera?
–Mi título universitario es en Bellas Artes. En realidad hacía documentales, narraba cuentos. Hasta que fue pasando el tiempo y me di cuenta de que las bibliotecas eran el centro de las historias. Me convertí en bibliotecaria porque así suceden las cosas. La vida me fue llevando.
–¿Cuál es el papel de estos espacios hoy?
–Siento que las bibliotecas tienen la responsabilidad de enseñarles a los niños cómo aprender a leer, insertarlos en este mundo de la literatura y justamente a la gente que no tiene el acceso. La biblioteca tiene la responsabilidad de dar acceso a esas personas que no podrían tener este mundo de cultura. Pero, creo que va más allá del libro, se trata de la infraestructura completa. De lo que representa una biblioteca, que es en realidad para mí la libertad.
–¿Por qué hay ese concepto de que la biblioteca no es del todo amistosa?
–Necesitamos reorganizarla totalmente. La gente aún lo asocia como algo pasado. Como una herencia. La biblioteca del siglo XXI es diferente de la que tuvo tu abuela. No solo no es aburrida hoy, sino que también ofrece cursos de documentación, pintura, ciencia y tecnología para aprendizaje, arte, danza, música. Es imposible aburrirse.
–¿Y cómo es la biblioteca que diriges?
–Nos hemos marketeado como centro de aprendizaje de todas las herramientas habidas y por haber, y por eso somos exitosos. Realmente es un lugar donde tú vas a aprender.
–Si hicieras un balance de lo transitado hasta ahora, ¿a dónde apuntas?
–Estoy en el pico de mi carrera y aún soy joven, pero el tema de la igualdad o equidad es súper importante porque mi compromiso es con el tema de inclusión y aún hay mucho campo por recorrer en cualquiera de las áreas que la pueda llevar.
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(FIN) CFS/CFS
Publicado: 23/7/2019