La noche del Viernes Santo, una multitud de fieles se congregó en la iglesia de Santo Domingo, ubicada en la segunda cuadra del jirón 9 de Diciembre para participar en la solemne procesión del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa, imágenes centrales de la conmemoración de la Pasión de Cristo, en la ciudad de Ayacucho.
Cientos de personas, vestidas de negro y con cirios encendidos en las manos, acompañaron el recorrido de estas veneradas figuras por las principales calles del centro histórico, en medio de un ambiente cargado de fe, recogimiento y devoción.

La imagen del Señor del Santo Sepulcro, un gran féretro de cristal con marcos de madera tallada mostraba a Jesús reposando sobre un lecho de margaritas blancas, mientras la Virgen Dolorosa, vestida de luto y con su corazón atravesado por siete espadas de plata, avanzaba con solemnidad escoltada por damas portando velas encendidas.
La Plaza Mayor de Ayacucho se vio abarrotada de turistas nacionales y extranjeros, quienes observaron con asombro la riqueza simbólica y emotiva de la procesión.
La tradicional canción en quechua “Apuyaya Jesucristo” fue entonada por los devotos durante el recorrido, reflejando la religiosidad andina y la fe cristiana que caracteriza esta celebración, declarada como Patrimonio Cultural de la Nación.

Las hermandades de cargadores, junto a autoridades civiles y religiosas, participaron en la procesión, mientras que una banda de músicos acompañó el paso de las andas con melodías fúnebres y solemnes.
Como cada año, las coloridas alfombras elaboradas a mano decoraron las calles, completando así un escenario de profunda significación espiritual y cultural.

La Semana Santa en Ayacucho continúa reafirmándose como una de las expresiones más vivas del fervor religioso del país, atrayendo cada año a miles de visitantes que buscan reencontrarse con la tradición y la fe en el corazón de los Andes.
(FIN) FTY