El primer Peruano ya llevaba el artículo El en su nombre y se apellidaba Independiente. Apareció en Lima entre el 22 de octubre de 1825 y el 6 de mayo de 1826. Costaba “diez pesos por año” y salía “los sábados de cada semana”. Fueron 19 números, cuyos ejemplares originales hoy se salvaguardan en los archivos bibliográficos de la universidad de Yale.
“Nos proponemos tratar todas las materias que creamos de utilidad común, y presentar sobre ellas nuestras particulares opiniones con toda la franqueza de hombres libres, y con la imparcialidad que nos da la ventajosa posición en que nos ha colocado felizmente el orden de los acontecimientos”, anunciaba con bombos y platillos el prospecto de El Peruano Independiente.
Bolívar en escena
En una misiva fechada el sábado 29 de octubre de 1825, el general venezolano Tomás de Heres enviaba al generalísimo Simón Bolívar el primer número de El Peruano Independiente, que había salido una semana antes, “redactado por orden de V. E.”, escribió con tinta china y pluma de ganso. Bolívar estaba en campaña en el Alto Perú (Bolivia).
Juan Gargurevich, maestro de periodistas, consignó el hecho histórico en su libro Historia de la prensa peruana (1594-1990), editado en 1991. También figura en el libro Tras las huellas de un periódico desconocido: Simón Bolívar y el verdadero origen del Diario Oficial El Peruano (2006), encargado por esta casa editorial a Víctor Arrambide.
De Heres hacía realidad el diario político e ideológico llamado El Peruano que le había propuesto al Libertador. Justamente, en el “Homenage de gratitud”, los “editores” celebran en un artículo que a Bolívar “no es posible dejar de consagrarle, sin nota de ingratitud, las primeras líneas de un periódico a que él dio nombre con su España”. Sin su labor “El Peruano jamás se apellidara Independiente.”
A partir del sábado 13 de mayo de 1826 se editaría como El Peruano a secas. Eran cuatro páginas de 39.5 por 25 centímetros.
Los ejemplares se vendían en la tienda del comerciante José Dorado –quien también expendía papel sellado–, en la calle Judíos (actual cuadra dos del jirón Huallaga), y en la bodega de don Camilo Lizeras (antes de la Independencia, este personaje importaba libros proscritos vía Chile), ubicado en la calle Bodegones (cuadra tres de Carabaya), también en el Centro Histórico.
Cuestiones del mercado, en el número 6 de El Peruano, del sábado 17 de junio de 1826, se anunciaba que para “las provincias interiores del Perú y a los demás estados americanos”, el precio sería de seis pesos cada semestre.
Peruano de hoy y siempre
Mucha agua ha corrido desde entonces, pues hasta el viernes pasado el Diario Oficial El Peruano registraba su edición número 26,427.
Es singular ya que, además del cuerpo noticioso (que incluye cinco suplementos), edita el Boletín Oficial y las Normas Legales.
En el primer número se escribían las voladas y titulares con la rigidez de un telegrafista señero:
“EUROPA.
Inglaterra.
Minas peruanas de Pasco.”
La primera noticia de ese El Peruano Independiente era una traducción del Times, en el que se daba cuenta de que tras la Independencia se había formado con capitales ingleses la “compañía peruana mineralógica realizando anticipadamente contratos de las más ricas del renombrado Cerro de Pasco”.
La segunda noticia, “Nuestras relaciones con España”, daba cuenta de las diferencias entre España y Estados Unidos por los buques apresados por los “corsarios” españoles en Puerto Cabello y Puerto Rico, que llevaba de fondo el hecho de los gringos por “comerciar con los independiente de la América del Sur”. La nota alertaba porque desde Nueva York se izaban velas para “equipar y preparar con prontitud los buques de guerra”.
Y en la última de las cuatro páginas, las noticias estaban en inglés, en original. ¡Y claro que siempre fuimos culturosos! La mitad de la página 3 era la reproducción de un discurso traducido del francés que se refiere a los siete siglos de la literatura, desde Augusto hasta que, 700 años después, ardía la biblioteca de Alejandría.
El Peruano es el diario que nos ha acompañado desde que como país somos República, registrando la historia oficial. No existe región, provincia, distrito o centro poblado, por más pequeño que sea, que no tenga su partida de nacimiento inscrita en el Diario Oficial.
Durante los infaustos años de la Guerra del Pacífico fue perseguido y censurado, pero nunca dejó de consignar, día a día, nuestro quehacer nacional, pues todas las leyes deben haber sido publicadas previamente en nuestras páginas para que entren en vigencia.
(FIN) JVV/DOP
GRM