El Consejo de Seguridad de la ONU analiza hoy la situación en Libia, donde enfrentan serios retos los esfuerzos para formar un gobierno de unidad nacional que lleve al fin del conflicto interno.
La sesión transcurre un día después de la llegada a la capital Trípoli del primer ministro, Fayez Al Sarraj, quien tiene la responsabilidad de materializar el ejecutivo de unidad derivado de los acuerdos de diciembre, facilitados por Naciones Unidas.
Al Sarraj arribó por vía marítima, pese al rechazo de sectores de los dos gobiernos paralelos que mantienen sus luchas por el poder en el país petrolero del norte de África, sumido en la inestabilidad y el caos desde 2011, tras la caída de Muamar Gadafi con una intervención de la OTAN.
Aunque el representante especial de la ONU, Matin Kobler, celebró la llegada del funcionario a Trípoli, al frente de otros miembros del Consejo Presidencial, muy pocos niegan que el ambiente sea bien adverso en la capital, donde tienen su sede autoridades autoproclamadas, que desafiaron a las reconocidas internacionalmente, ubicadas en Tobruk.
El Consejo de Seguridad, presidido este mes por Angola, recibe en la reunión un informe final del Panel de Expertos creado en 2011 por la resolución 1973 del órgano de 15 países.
Según los integrantes del grupo, el conflicto armado sigue en Libia, con un severo impacto humanitario.
La ONU advierte además que los enfrentamientos sectarios y la proliferación de milicias generan vacíos bien aprovechados por organizaciones extremistas como el Estado Islámico para fortalecer su presencia.
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