En lo alto del cerro San Cristóbal, ubicado entre los distritos del Rímac y San Juan de Lurigancho, se cierne una amenaza que sería fatal para los habitantes de dicho lugar en el caso de ocurrir un terremoto en Lima.
Y es que en el lugar existe una gran cantidad de rocas de gran tamaño que podrían desprenderse y rodar cuesta abajo tras un fuerte movimiento telúrico en la ciudad capital.
Según el jefe del IGP, Hernando Tavera, la población debe interesarse en reforzar sus viviendas, señalizar rutas de evacuación o zonas seguras y organizarse entre todos los miembros de la familia para saber cómo reunirse luego de sucedido un terremoto.
Ratificó que el sismo en sí no es el culpable del desastre, sino que el problema se da por cómo se construyen las casas o edificios y en dónde se levantan. "Esto es algo que va de la mano con la responsabilidad de las personas".
En un recorrido realizado por la Agencia Andina se pudo apreciar que en el cerro San Cristóbal abundan viviendas (de material noble y prefabricadas) levantadas sobre pircas, es decir, piedras puestas unas sobre otras, las que se desmoronarían fácilmente durante un fuerte sismo.
Las calles estrechas son una característica de este lugar, lo que impediría a la gente desplazarse rápidamente en caso de ocurrir alguna emergencia, no necesariamente un desastre natural.
Miguel Estrada, jefe del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid) de la Universidad de Ingeniería, dijo hace unos días a
Andina que
las viviendas ubicadas en las pendientes de los cerros necesitan una buena cimentación, así como una excavación adecuada para que puedan resistir el impacto sísmico.
(FIN) RRC/RRC
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