La alpaca de raza Suri representa alrededor del 12 % de la población total de este camélido en el Perú. Hace unos años, esta variedad enfrentó una disminución dramática debido a la falta de demanda de su fibra. Gracias a un importante proyecto de rescate y aprovechamiento sostenible en la comunidad de Nuñoa, en la región Puno, la alpaca Suri se ha convertido en símbolo de su identidad y progreso.
El proyecto, denominado “Evaluación, recuperación y conservación de los recursos genéticos de la cepa de alpaca Suri en Perú”, comenzó en 2001 y fue la primera colaboración entre el SGP en Perú y las comunidades de criadores de alpaca en las zonas altas del país.
A diferencia de la raza Huacaya, que representa el 80.4 % del total de la población de alpacas en el Perú y cuya fibra es robusta y generalmente de color blanco, la raza Suri, oriunda del Perú, posee largas fibras sedosas que parecen trenzas que cuelgan del esbelto torso y se extienden más allá de la mitad de sus extremidades.
Nuñoa, localidad de la provincia de Melgar, en Puno, y ubicada a 4,010 metros sobre el nivel del mar, en pleno corazón del altiplano puneño, es conocida como la "capital mundial de la alpaca Suri". Sus casi 10,000 habitantes se dedican principalmente a la ganadería alpaquera. Sin embargo, la poca demanda de la fibra de la raza Suri no solo amenazó con reducir la población de esta variedad de camélido, sino que limitó las posibilidades de desarrollo de la comunidad.
Experiencia exitosa
El proyecto implementado por el PNUD dio lugar a más de 60 proyectos en los años siguientes. Como resultado, el municipio ahora cuenta con cinco colectivos artesanales urbanos y ocho en áreas rurales, para un total de 13 grupos que trabajan con productos de alpaca.
La primera fase del proyecto se centró en la introducción de nuevos machos Suri en el área, junto con los esfuerzos para mejorar el stock en términos de distinción de color y salud. El proyecto trabajó para desarrollar la capacidad de los agricultores para mejorar el manejo del ecosistema de pastizales, la recolección de agua y el cultivo de pastos forrajeros perennes. Varios pastores de alpacas están usando y continúan desarrollando estas técnicas hoy, casi 15 años después.
Por ejemplo, la Asociación de Criadores de Camélidos Andinos 'Illa' obtuvo una subvención de SGP Perú con el objetivo de mejorar y expandir su stock existente de alpaca Suri en la región.
Cuidado ambiental
Estos esfuerzos han mejorado la gestión del agua, los suelos y los pastos que son más resistentes al clima cambiante y gélido del altiplano.
Debido a que la producción de fibras de alpaca natural no utiliza insumos químicos, y los productos refinados y de valor agregado son hechos a mano, un subproducto saludable del proyecto es el manejo más sostenible del agua, el suelo y los pastos que permite estilos de vida sostenibles y mejores medios de vida. de la comunidad nuñoana.
Empoderamiento femenino
Un aspecto importante del proyecto es el empoderamiento femenino rural. Para las mujeres, el proyecto no solo mejoró sus medios de vida y habilidades, sino que también aumentó su autonomía y las empoderó como individuos. Como tal, incluso el equilibrio de poder en sus relaciones familiares mejoró.
Un componente esencial del proyecto se convirtió en la creación de productos y empresas basados en fibra Suri. Esto se logró mediante el establecimiento de una cooperativa de mujeres, quienes recibieron capacitación en técnicas de tejido y artesanía. De esta manera, se logró mejorar los medios de vida de toda la comunidad en el presente y para las generaciones posteriores.
Revaloración y reconstrucción del conocimiento
Una causa principal de la disminución de la alpaca de Suri fue la falta de demanda de su fibra en el mercado. Si bien la fibra blanca de Huacaya, que es más fácil de hilar, teñir y tejer, fue valorada, las fibras de color y el Suri más sedoso, con el que es más difícil trabajar, apenas podían venderse por la mitad del precio estándar.
Además, los conocimientos y técnicas tradicionales que les permitirían trabajar con fibra Suri habían desaparecido en el área, por lo que el proyecto ayudó a redescubrir esta práctica tradicional a través de una estrecha consulta y al obtener el consentimiento de las comunidades.
Las comunidades describieron cómo primero tuvieron que aprender a hilar a mano las fibras a medidas estandarizadas, así como a clasificar las diferentes partes de un vellón y trabajar con colores naturales que pueden diferir dramáticamente de un animal a otro. Luego siguieron una capacitación intensiva en la creación de diseños de tejido actualizados y el desafío de cómo comercializar sus productos desde una ubicación lejana como la de Nuñoa.
Proteger el patrimonio biocultural
Con un impacto cada vez mayor, tanto en el medio ambiente natural como en los medios de vida de la alpaca Suri a lo largo del tiempo, uno de los principales beneficios del proyecto ha sido el reconocimiento de la raza Suri como parte del patrimonio biocultural peruano.
Otro gran logro del proyecto es que el precio de la fibra Suri coloreada ha aumentado para superar el de la fibra blanca de Huacaya, aumentando el valor de la alpaca Suri en todo el distrito.
Para los artesanos y pastores, su principal problema ahora es mantenerse al día con la mayor demanda resultante de los precios más altos de su fibra Suri. Dadas las existencias extremadamente bajas de Suri, cuando el proyecto comenzó por primera vez en 2001, tanto la mejora de la raza como el aumento de la parvada fueron lentos.
Para un animal que se reproduce lentamente, en Nuñoa nace un promedio de 0.6 crías por hembra por año, y el clima extremo de los últimos años ha agravado estas dificultades.
La reproducción exitosa de distintos colores y razas exige una gran cantidad de recintos separados. Cada color y raza debe tener el suyo propio, lo que, dada la cantidad de colores posibles, fue un gran desafío para muchos productores.
A pesar de estos desafíos, los pastores y artesanos de Nuñoa están buscando soluciones innovadoras. Fueron motivados por la idea de actuar como protectores de su patrimonio biocultural nacional y por el potencial de aprovechar lo que describieron como un mercado en crecimiento para productos naturales, sin teñir y hechos a mano.
Los miembros de la comunidad también vieron el éxito del negocio de la alpaca como un paso crítico para frenar la rápida emigración de las generaciones más jóvenes de su comunidad.
A escala nacional, se aprobaron dos políticas relacionadas con la conservación de las alpacas, y el algodón de color nativo se incorporó a la lista de especies de patrimonio étnico y cultural (Ley N° 28477 y Ley N° 29224).
A nivel local, las asociaciones de productores ahora son reconocidas por los gobiernos locales y regionales y se han convertido en importantes contribuyentes a la economía local; tres ordenanzas para la disposición final de contaminantes orgánicos persistentes fueron consagradas en la ley local, y las asociaciones de productores participaron en 25 ferias regionales y locales.
En la actualidad, Nuñoa se enorgullece de ser el “hogar del Suri” y esta raza de Camélido oriundo del Perú se ha convertido en un símbolo de la localidad, en parte debido a los esfuerzos del exitoso proyecto único apoyado por el Programa de Pequeñas Donaciones (SGP) del FMAM e implementado por el PNUD.
SGP en Perú
Desde 1998, el SGP en Perú ha apoyado más de 300 proyectos en 23 de las 24 regiones del país. La cartera del SGP en Perú se ha centrado en la agricultura orgánica; uso sostenible de productos forestales no maderables; piscicultura con especies nativas; cría de camélidos y la transformación de sus fibras; uso y revaluación de plantas medicinales, aromáticas y productoras de colorantes; recuperación de algodón nativo; y producción artesanal de miel, entre muchas otras iniciativas.
(FIN) LZD/MAO
También en Andina:
Publicado: 12/2/2020