Machu Picchu es el mayor ícono turístico del Perú. De diversas partes del mundo los viajeros anhelan conocer esta maravillosa construcción de origen inca, que convive en armonía con un área natural protegida que posee una vasta biodiversidad.
Sin embargo, este parque arqueológico era un sueño imposible de concretar para las personas con discapacidad que se movilizan en
silla de ruedas; pero, ahora esta realidad parece cambiar radicalmente.
CNN Travel destaca en un reportaje la inauguración del recorrido en silla de ruedas en
Machu Picchu.
Afirma que el circuito turístico fue desarrollado por la compañía de viaje
Wheel the World y se puso en marcha este año. Ahora sí el santuario inca está al alcance de todos.
La compañía es creación de Álvaro Silberstein, quien se moviliza en silla de ruedas, y Camilo Navarro. Ambos de nacionalidad chilena.
Antes de esta idea inventaron una forma para recorrer juntos el Parque Nacional Torres de Paine de Patagonia: Silberstein usó una silla de ruedas plegable especial, que pagó a través de una campaña de "crowdfunding" en línea.
Ambos hombres emigraron a EE. UU. para estudiar negocios en la Universidad de California en Berkeley e hicieron de la expansión Wheel the World su máxima prioridad.
La empresa de Navarro y Silberstein ha crecido desde entonces en América Latina, agregando "tours" en Chile (Torres del Paine, San Pedro de Atacama e Isla de Pascua), México (Oaxaca) y ahora en Perú.
“Accesible no significa inclusivo. Hay 1,000 millones de personas [en el mundo] con discapacidades. Pero no hay una empresa de viajes dedicada a estos usuarios”, refirió Navarro a CNN Travel.
Explicó que Wheel the World tuvo varios problemas que resolver antes de ofrecer recorridos accesibles de Machu Picchu.
Uno fue el alto costo de las sillas de ruedas especiales que pueden atravesar algunos de los senderos más desafiantes. Este precio puede evitar que muchas personas puedan pagar el costo del viaje.
Wheel the World trabaja con socios que pueden donar las sillas de ruedas y almacenarlas en la región, lo que significa que los usuarios no tienen que suministrar su propia silla o asumir el costo de envío.
En la actualidad, un viaje de cuatro días en Wheel the World a Machu Picchu cuesta 1,500 dólares, que incluye alojamiento por una noche y excluye vuelos, lo que es comparable con lo que le costaría a una persona sin discapacidad hacer la misma experiencia.
“A veces recibimos llamadas telefónicas de parques nacionales que dicen que quieren que vayamos a explorar el lugar”, afirma Navarro. Pero a menudo, debido a las preocupaciones sobre la erosión o las restricciones sobre cómo se pueden modificar los sitios antiguos, no siempre es tan sencillo como construir una rampa para sillas de ruedas. “La accesibilidad es una cuestión de ser creativo”.
En cuanto a la silla de ruedas en sí, “está diseñada con una sola rueda y dos palos largos que la hacen parecer una carretilla. Es una mezcla de acero y aluminio, como una bicicleta, así que es liviana”, explica Navarro.
El único inconveniente es que esta silla de ruedas no puede ser autopropulsada, por lo que requiere un compañero de viaje para ayudar a operar la silla y navegar a través de algunos de los pasos más estrechos o más difíciles a lo largo del camino.
Más y nuevas opciones
Y Navarro asegura que el trabajo de su compañía está lejos de terminar. Los viajeros sordos, ciegos o con otras necesidades de accesibilidad a veces pueden tener dificultades cuando los operadores de viajes o los destinos agrupan las discapacidades y asumen que todas necesitan las mismas adaptaciones.
El Santuario Histórico Machu Picchu es un área cultural y natural inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1983. Tiene una extensión de 37,302 hectáreas y es, además, una de las áreas con mayor biodiversidad de Perú y cuenta más de 60 monumentos arqueológicos.
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(FIN) MAO