El megaproyecto vial Línea Amarilla, que será un nexo entre la zona este y el oeste de la capital y además tiene un túnel debajo del río Rímac, ya está prácticamente concluido y solo se espera la conformidad de la obra por parte de la Municipalidad de Lima para que sea abierta al tránsito vehicular.
Así lo indicaron a la Agencia Andina fuentes cercanas a Lamsac, la empresa concesionaria de propiedad de la francesa Vinci Highways que en el 2009 recibió la concesión por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Lo único que falta terminar es el viaducto 6.3, ubicado a la altura de la zona de Zarumilla, el cual conectará a los vehículos que salen de los túneles hacia los distritos de Lima norte. Esta porción del proyecto estará lista en marzo, como se ha indicado.
La obra, que recién empezó en el año 2012 luego de avanzar el aspecto social referido al
retiro de las viviendas, ha demandado
una inversión de alrededor de 2,500 millones de soles. Incluirá el pago de peaje para pasar por el túnel.
Pese a que el gerente de Promoción de la Inversión Privada del municipio limeño, Jaime Villafuerte, informó en octubre pasado en canal N que parte de la infraestructura será abierta al tránsito vehicular en enero de este año, ello no ha ocurrido aún.
La megaobra, que tiene un total de 9 kilómetros de extensión, cuenta con 10 viaductos y un túnel de 1.8 kilómetros debajo del río Rímac.
Empieza entre el puente Huáscar, en el distrito de San Juan de Lurigancho, y concluye en la avenida Morales Duárez, en el límite con El Callao. Integrará en total 11 distritos de Lima.
Se espera que reduzca la congestión vehicular en la Vía de Evitamiento y beneficie a más de 150 mil usuarios diariamente al integrar Lima y Callao a través de distritos como Carmen de La Legua, San Martín de Porres, Lima Cercado, Rímac, El Agustino, Santa Anita, San Juan de Lurigancho y Ate.
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