¿Qué, cómo y cuánto cambiarán nuestras vidas a consecuencia del coronavirus? ¿Puede transformar nuestro comportamiento social esta pandemia? ¿Cambiarán las relaciones entre las personas, instituciones y organizaciones sociales? Estas son solo algunas de las preguntas que se hacen los especialistas en nuestro país y que terminan coincidiendo en una sola conclusión: debemos cambiar si queremos prevenir.
En declaraciones a Conecta2 TV, el experto en salud pública, Marco Almerí, dijo que el Gobierno debería elaborar un protocolo de comportamiento (de personas, organizaciones, empresas e instituciones), porque vivir después del coronavirus no va a ser igual en nuestro país.
“Habrá un giro notable de nuestras vidas y, por ello, tenemos que adaptarnos a los nuevos cambios, pero debe hacerse a través de una Comisión Nacional de Especialistas de diversos sectores que elaboren un protocolo de comportamiento social preventivo”, insistió.
Almerí recordó que en enero último hubo un brote epidémico de una “superbacteria” que se le dejó de seguir porque apareció el coronavirus. Así como ese virus habrá muchos, anotó, y para enfrentarlos se deben implementar una serie de normas preventivas.
A modo de ejemplo, mencionó que en el Perú existen más de 2,400 mercados minoristas, 1,400 de los cuales están en Lima y “son verdaderos focos de infección”. No solo eso, se debería establecer que estos y los mercados mayoristas funcionen solo hasta determinada hora, 4 ó 5 de la tarde, y no como hasta ahora que trabajan incluso hasta la noche o madrugada, convirtiéndose en un peligro para la salud de las personas.
“El coronavirus nos sorprendió. Nos agarró sin equipos de protección en los hospitales y hogares, con muchos colegios sin baños, ni detergentes. No imagino en el futuro, por ejemplo, que varias personas tomen cerveza en un solo vaso o seguirse saludando dándose las manos; no lavárselas, no solo en casa sino en cualquier lugar donde se vaya”, mencionó.
La sociedad debe tener organizados a sus grupos vulnerables y población independiente, a través de los gobiernos locales, para que sean atendidos de manera efectiva en medio de una crisis.
Todo esto, añadió, y muchas otras formas de comportamiento social e institucional deben reglamentarse, a través de un protocolo elaborado por una comisión especializada, en el menor tiempo posible.