El Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), mediante el proyecto Carbono Negro, monitorea la cordillera Huaytapallana, ubicada en la región Junín, a fin de determinar el estado situacional del glaciar debido a la acumulación de los contaminantes atmosféricos como el hollín y el cambio climático que afectan a estos ecosistemas frágiles.
La dinámica glaciar se estudia con equipos especializados que permiten realizar mediciones en el aire y en la superficie glaciar.
Para el primer caso (aire), se observan las fases de la precipitación, la temperatura del aire, la humedad y las concentraciones de contaminantes atmosféricos.
En el caso de la superficie glaciar se hacen mediciones mensuales para observar la densidad de la nieve y su profundidad, la acumulación de materiales como el hollín producto de la actividad humana (quema de pastizales y de desechos agrícolas, contaminación del parque automotor), que tiene un impacto negativo al provocar un derretimiento acelerado del glaciar.
¿Qué importancia tiene la nieve?
La nieve es una de las principales variables influyentes durante el proceso de acumulación de un glaciar, pues actúa como un reservorio temporal de agua en forma sólida y desempeña un rol importante en el volumen de agua en las cuencas altas. La nieve, al ser un manto blanco, actúa como un aislante térmico para el campo de hielo.
Con este estudio a cargo del Inaigem, organismo adscrito del Ministerio del Ambiente (Minam), se genera información para que las entidades involucradas puedan adoptar las medidas necesarias con el fin de proteger a la población, ya que una rápida desglaciación anticipada generada por la disminución de la cantidad de nieve eventualmente podría generar impacto en el recurso hídrico.
Según datos preliminares, la cordillera
Huaytapallana en la temporada húmeda (setiembre del 2023 a abril del 2024) presenta una disminución de nieve. La escasez de nieve tiene implicaciones significativas para el estado de los glaciares, ya que, al estar expuesta sin cobertura de nieve, el campo de hielo absorbe más energía solar y, en consecuencia, experimenta derretimiento.