El inventario de la identificación con código de barras genético de especies de la biodiversidad amazónica peruana que viene desarrollando un equipo de científicos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) resulta clave para realizar inventarios masivos o ADN ambiental y para monitorear su adaptación al cambio climático que impacta en nuestro país y en todo el mundo.
Así lo sostuvo Guillain Estivals, investigador del Laboratorio de Biología y Genética Molecular del IIAP y líder del equipo de científicos que implementa el inventario de identificación con código de barras genético de los animales y plantas de la Amazonía peruana.

En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, el científico francés y doctorado en genética de poblaciones, indicó que este proyecto del IIAP empezó en 2015 y en estos diez años de trabajo se han publicado tres libros sobre codificación con códigos de barras de diversas especies amazónicas. El primero se publicó en 2018 y versó sobre peces ornamentales, el segundo se lanzó en 2020 y abordó a peces de consumo, mientras que la publicación del 2022 fue sobre anfibios de la región Loreto.

“Hace varios años empezamos a generar códigos de barras, pero últimamente a nivel del IIAP, se creó este año un círculo de investigación para impulsar y fortalecer la base de datos. Previamente nos habíamos enfocado en los peces, anfibios, reptiles y plantas. Y últimamente estamos incorporando especies de aves y mamíferos. Para ello, se utilizan diferentes marcadores moleculares que permiten generar esos códigos de barras”, dijo.
Trabajo pionero en Perú y de largo plazo
El investigador del IIAP remarcó que a nivel del Perú el IIAP es la primera institución científica que genera códigos de barras, aunque a nivel mundial se trabaja también en este tema. “Esperamos cooperar con otras instituciones que van a ayudar a producir estos códigos de barras”, expresó.
Consideró que desarrollar este tipo de inventario de biodiversidad requiere de un trabajo de largo plazo. “Podemos decir que en los próximos diez años vamos a continuar generando códigos de barras. Por ejemplo, en el caso de los peces amazónicos existen alrededor de 1,000 especies y actualmente hemos codificado la mitad. Nos falta un poco más de 500 especies sin contar las nuevas que se han descubierto”, aseveró.
Además, el IIAP identificó el código de barras genético de 61 anfibios, 34 reptiles y alrededor de 300 especies de plantas, gracias a una cooperación con el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia.
Identificación con código de barras
Estivals recordó que la identificación con código de barras aplicado a los inventarios masivos de biodiversidad empezó en 2012 con el biólogo francés Pierre Taberlet y otros colegas en la Universidad de Grenoble Alpes de ese país europeo.

Explicó que esta metodología científica mezcla dos informaciones. Una de ellas es taxonómica y describe los caracteres morfológicos de una especie. La otra información selecciona una región del genoma para caracterizarla y asociarla a la especie de estudio.
Esta información registrada en una base de datos permite realizar inventarios ambientales en lugares, como cuerpos de agua (ríos, lagos, lagunas, entre otros), donde pueden no estar presente físicamente una especie, pero existe rastro de su ADN.
Perú, zona clave de biodiversidad
Estivals destacó que los Andes y la Amazonía peruanos, en especial el sector de transición entre la selva alta y baja, es una “zona clave de biodiversidad”, porque concentra un nivel de endemismo muy grande, con especies de fauna y flora silvestre únicas en el planeta.

“Por ello es muy importante generar un inventario genético o base datos de referencia de estas especies con un código de barras para poder monitorear y hacer también inventarios masivos de biodiversidad. Porque actualmente estamos en una crisis ecológica debido a muchas actividades antropogénicas o causadas por el ser humano que impactan en la biodiversidad en un contexto de cambio climático”, subrayó.
Explicó que, en el marco del cambio climático, muchas especies tratarán de adaptarse a los cambios de temperatura y migrarán. “En los Andes, la gradiente de temperatura cambia más rápidamente en función de la altura y por eso allí vamos a ver los cambios de distribución de las especies. Por eso es necesario contar con un inventario de las especies que, a su vez, permitirá monitorear esos cambios que tienen relación también con la seguridad alimentaria”, concluyó.
(FIN) LZD/MAO
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