La visita del Papa Francisco a nuestro país ha sacado a flote toda la fe católica que a veces los creyentes por desidia dejan de lado. Su presencia ha despertado a quienes tenían dormidas sus creencias religiosas y eso se manifiesta en los miles de pedidos y deseos que le expresaron a lo largo de su recorrido por tres ciudades del país.
Los miles de personas que lo esperaron por todos los caminos que siguió el Santo Padre le manifestaron en carteles su más caros deseos. Una pequeña niña de 9 años, quien se identificó como Isabella, le solicitaba a Francisco que la bautizara.
Otra mujer le decía en su pancarta que hoy era su cumpleaños y le pedía su bendición en este día tan especial para ella.
En otro cartel se podía leer que una jovencita que se identificó como Alondra le pedía al Sumo Pontífice que bendijera su futuro hermanito o hermanita que está por nacer.
También se pudo apreciar a otras personas que clamaban por la bendición de Francisco a sus hogares o a sus negocios.
Fueron múltiples las iniciativas de los fieles para aprovechar la presencia del Vicario de Cristo y lograr para sí un poco de su buena vibra, de su mensaje esperanzador y de su infinita simpatía y ternura.
Por eso una pareja de novios - ella colombiana y el peruano - no dudaron en llegar hasta los exteriores de la Nunciatura vestidos con sus atuendos para casarse. Su esperanza era que el Santo Padre les impartiera el sacramento del matrimonio, tal como lo hizo con una pareja de novios tripulantes del avión que lo trajo a Lima.
Con similares intenciones llegaron otros fieles, portando sus imágenes del Señor de los Milagros o de la Virgen de Guadalupe y de otros religiosos.
Sin duda, la presencia de Francisco en el Perú ha marcado un hito en la historia del catolicismo en el Perú y en la forma de ver la fe de nuestro pueblo.
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(FIN) ART/RRC
JRA
Publicado: 21/1/2018