Henry Leonar Capuñay Sipirán es un joven invidente que le ha demostrado a la vida que no existe límite para conseguir sus sueños. A sus 30 años ha logrado una de las metas que es culminar su carrera universitaria de Administración de Empresas en la región Lambayeque.
El camino no ha sido fácil, pero él quería probar hasta dónde era capaz de llegar con sus habilidades. Su discapacidad visual no lo detuvo, por el contrario, se convirtió en un impulso para luchar por sus sueños.
Fue diagnosticado con desprendimiento de retina, una enfermedad que crea imágenes de formas irregulares y puede provocar la pérdida de la visión a medida que el desprendimiento se extiende desde el campo visual.
Pese a esta situación, Henry, natural del distrito de Monsefú, logró ingresar a la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (Usat) en el 2014, fecha en la que comenzó a perseguir una de sus metas: convertirse en un empresario.
Creativo
Su gusto por los negocios, su interés por esta carrera y sus ganas de salir adelante hicieron que Henry nunca pusiera trabas a sus objetivos. De esta manera, siempre encontraba la forma más creativa e idónea para cursar sus estudios.
Durante sus clases en la universidad, por ejemplo, empleaba los sistemas de voz del celular para convertir la información de las diapositivas u otros documentos educativos en clips de audio que él reproducía para poder estudiar.
“También he utilizado unos lectores especiales de pantalla que se instalan en las computadoras. Además, otra forma de estudiar era grabando las clases de la universidad y escuchándolas en mi casa”, explicó.
Maestros y compañeros
Reconoció la labor de sus maestros que fueron sus grandes aliados durante las clases, pues conversaba continuamente con ellos sobre temas que lo ayudarían en su carrera profesional y en su futuro laboral.
El egresado recuerda a sus compañeros con quienes realizaba los trabajos de la universidad, pero con quienes también charlaba sobre temas de interés e intercambiaba diferentes ideas que fortalecían su aprendizaje.
Uno de los aspectos que más valora Henry es el apoyo constante de los integrantes de su familia, que siempre lo animaron a estudiar una carrera universitaria y, al mismo tiempo, estuvieron pendientes de él durante toda su formación profesional.
Ya con un pie fuera de la universidad, Henry tiene otra meta por cumplir: crear un pequeño negocio y, nuevamente, poner a prueba hasta dónde es capaz de llegar con las habilidades, capacidades y talentos que posee.
“Ha sido un camino largo, trabajoso y muy difícil. No pensaba que iba a lograrlo, pero lo hice y eso me llena de mucho orgullo. Creo que lo más importante es intentarlo y nunca quedarte con la duda de qué hubiese pasado si lo hacías”, apuntó Henry.