00:45 | Chimbote, set. 3.
Con una buena dosis de creatividad, llantas, maderas, chapitas y demás materiales en desuso o reciclados, cuatro jóvenes arquitectos implementan juegos lúdicos y tradicionales para niños de instituciones educativas de zonas de bajo de recursos de la provincia del Santa, región Áncash.
Los egresados de la carrera de Arquitectura crearon el programa Como Jugando, que selecciona colegios que no tengan juegos y sean de bajos de recursos para llevar su propuesta.
Una vez escogido el colegio se hace un trabajo de tres meses en el lugar, en el que se involucra a docentes, padres de familia y miembros de la comunidad.
“Vemos instituciones que carezcan de juegos, ¿qué hacen los niños en el recreo?; entonces buscamos darles a los niños alternativas de distracción”, comentó Shirley Machado Sánchez, coordinadora del voluntariado Como Jugando, a la Agencia Andina.
Tres etapas
En el primer mes de trabajo se involucra a los padres y docentes en talleres, en los que se les explica el objetivo del programa y la utilidad que pueden darle a material reciclado o en desuso. Aunque los arquitectos llegan con diseños de juegos, también están aptos a modificaciones o iniciativas que puedan aportar los progenitores.
Al siguiente mes viene la etapa de recolección de material. Los voluntarios han logrado establecer contactos con representantes de empresas privadas locales, que donan chapas o maderas; los padres y la comunidad también deberán ayudar en la recolección.
En la tercera etapa hay jornadas de trabajo, en las que se ejecuta lo planificado. Por cuatro domingos consecutivos se implementan los juegos con el apoyo de los padres y la comunidad.
Creatividad
Esta semana empezó la tercera etapa del programa Como Jugando en la Institución Educativa Inicial Nº 1558 de la urbanización Bellamar, en Nuevo Chimbote. Aquí, los pequeños solo tienen un descampado de arena para disfrutar el recreo.
Pero ahora con llantas viejas y pintadas se harán areneros y gusanitos. Con chapas y maderas se ha construido un ábaco para que los pequeños aprendan a contar y reconocer los colores.
También se tiene planeado instalar columpios con llantas y hasta un cerco perimétrico lúdico que, además de entretener a los pequeños, los protegerá de los vehículos que circulan por la zona.
“Con materiales que tenemos a la mano podemos hacer grandes cosas con llantas, palos, chapitas; todo está en que uno tome la decisión. En esta institución educativa, por ejemplo, que tiene tanto tiempo no hay áreas recreativas”, señaló Machado.
Este plantel es el segundo beneficiario desde que se inició el voluntariado hace cinco meses aproximadamente. El colegio que ya tiene juegos recreativos, gracias a estos jóvenes creativos está ubicado en La Campiña-San José, zona rural de la provincia del Santa.
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(FIN) GHD/JOT
Publicado: 3/9/2019