En lo que va del presente año, el sol peruano se posiciona como la moneda más estable de la región, destaca el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank.
La estabilidad hace referencia a que las fluctuaciones diarias del tipo de cambio –hacia arriba y hacia abajo– son de menor intensidad que sus pares de la región, según el cálculo de la volatilidad histórica para los últimos seis meses en Bloomberg, asegura el subgerente de Economía Monetaria de esa entidad financiera, Mario Guerrero.
Precisó que en los últimos tiempos fueron de inusual volatilidad para el tipo de cambio por diversos factores la incertidumbre política, tras las elecciones del 2021; el fortalecimiento del dólar, ante la incertidumbre provocada por el conflicto Rusia-Ucrania; y las expectativas de alzas de tasas de interés por la mayor inflación global en el 2022.
Sin embargo, Mario Guerrero resaltó que la resiliente economía peruana, que a pesar de los recurrentes choques crece más que sus pares, los sólidos fundamentos externos y el reconocido manejo del Banco Central de Reserva (BCR) llevaron a que el sol sea nuevamente la moneda más estable de América Latina.
“Los grados de incertidumbre en lo que resta del 2023 y para el 2024 aún seguirían siendo elevados, considerando el proceso de transición de la política monetaria de una postura contractiva hacia una posición neutral, el persistente ruido político local –por ahora de intensidad más baja– y los riesgos latentes en el contexto internacional”, agregó.
Sostuvo que Scotiabank proyecta en adelante un movimiento lateral del tipo de cambio, aunque en términos promedio mantendría un sesgo hacia la apreciación, luego de alcanzar un promedio de 3.90 en el 2021, el promedio descendió a 3.84 en el 2022 y alcanza un media de 3.80 en lo que va del 2023.
“Por tanto, nuestra proyección para fin de año, de 3.85, mantiene un sesgo hacia la baja. Lo que esperamos para el 2024 es que la evolución de la moneda peruana refleje el balance de fundamentos externos, precios del cobre en particular, la tendencia internacional del dólar, el diferencial entre tasas de interés en dólares y soles, y la voluntad del BCR de evitar mucha volatilidad”, aseveró.
Mario Guerrero manifestó que estos factores pueden generar giros de corto plazo, pero parecen cancelarse mutuamente en el tiempo.
“El supuesto de fondo es que el tipo de cambio se moverá más en función de mercados y fundamentos que de turbulencia política interna. Sin embargo, eventos políticos de envergadura dentro del país podrían afectar significativamente al sol, como ocurrió en el pasado”, anotó.
Ayer el tipo de cambio cerró en 3.6930 soles, lo que implica una caída acumulada de 2.99 %, según el BCR.
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Balances macroeconómicos
Los balances macroeconómicos seguirán brindando soporte al sol.
La balanza comercial acumula un superávit de 8,600 millones de dólares hasta febrero (últimos 12 meses), superior a los 7,000 millones de la prepandemia; el nivel de reservas internacionales se aproxima a 75,000 millones y equivale al 28 % del producto bruto interno (PBI), entre los más altos para economías emergentes.
Además, los precios internacionales, principalmente los del oro y cobre, que suben 11 % y 2 % en el año, respectivamente, tienen mejor correlación con el tipo de cambio.