16:12 | Lima, set. 09 (ANDINA).
El reconocido emolientero Claudio Manrique, con 12 años de experiencia en ese negocio, sostuvo hoy que sería posible crear la marca “Emoliente” y establecer una franquicia para ese producto, a fin de exportarlo e internacionalizarlo destacando sus propiedades medicinales.
Manrique, quien participa por segundo año consecutivo en la III Feria Gastronómica Internacional de Lima Mistura 2010, señaló, sin embargo, que habría que considerarse alguna forma especial de almacenamiento de los insumos, por cuanto la fórmula de esta bebida incluye frutas frescas y hierbas que son netamente peruanas y que no se pueden encontrar en otros países.
También dejó abierta la posibilidad de que el emoliente pudiera embotellarse y exportarse en esa presentación, aunque no se animó a decir si se aventuraría a explorar ese campo.
Anotó que beber un vaso de emoliente puede ser altamente beneficioso para la salud gracias a las múltiples propiedades medicinales de sus componentes, que son desinflamantes, digestivos, diuréticos, laxantes, antianémicos, cicatrizantes y depurativos.
La experiencia lograda en todo este tiempo le permite afirmar que un emoliente si no lleva como mínimo cuatro componentes (cebada, linaza, boldo y limón) simplemente no es emoliente.
Pero, lo más propio es enriquecer esta mezcla para aumentar su sabor y sus propiedades curativas con hierbas como el cedrón y la cola de caballo.
La fórmula que ha llevado al emoliente "Claudio" a vender más de 400 vasos diarios en su carretilla está compuesta por frutas como membrillo, piña y, a veces, durazno para darle un toque especial, lo que se acompaña con una base de linaza y cebada y un concentrado de hierbaluisa, cedrón y cola de caballo.
“Si el cliente quiere al vaso se le adiciona alfalfa, maca, sangre de grado o chancapiedra”, dice Manrique y agrega que, contrario a lo que podría pensarse, la venta de esta bebida, cuyo origen se remonta a la colonia, no disminuye en verano, pues la gente la busca básicamente por sus propiedades medicinales.
Pese a que han pasado 12 años y su negocio ha prosperado tanto que le ha permitido abrir una tienda de productos naturales, Claudio Manrique se resiste a dejar su carretilla, en la que trabaja con dos personas más.
"Pienso que no funcionaría. El emoliente es de carretilla, esa es su esencia y así lo reconoce el público”, alega este emprendedor provinciano, que cuando llegó de su natal Áncash, hace 12 años, comenzó a trabajar en una carretilla de emoliente de un familiar y luego de aprender los secretos del negocio decidió independizarse.
(FIN) ART/LZD
GRM
Publicado: 9/9/2010