En las últimas cinco décadas, se estima que en Perú se ha deforestado 2.3 millones de hectáreas de bosques para cultivar hoja de coca. La cifra preocupa si se toma en cuenta que la siembra ilícita no solo origina daños sociales, sino que al emplearse agroquímicos contaminan el agua, suelo y la biodiversidad, informó Devida.
Así lo advirtió el representante de la Dirección de Asuntos Técnicos de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), José Isla, con ocasión a conmemorarse el Día Mundial del Medio Ambiente.
“Devida ha advertido el alto nivel de plomo y cadmio en cuencas de las zonas cocaleras y de otras sustancias tóxicas como la acetona, el éter etílico, cloruro de amonio, ácido sulfúrico, entre otros”, informó.
El funcionario afirmó que a este daño a la tierra se suma la contaminación del aire, dado que para realizar el monocultivo de la coca se talan todos los árboles de las hectáreas a trabajar y así los nutrientes de la tierra solo se destinan para la hoja de coca. “Durante la quema de árboles talados se emite gran cantidad de monóxido de carbono”, precisó.
Reforestación
Isla sostuvo que con el fin de mitigar el daño ocasionado, en los último siete años Devida reforestó total de 49,453 hectáreas. Entre el 2011 y 2017 se identificó que San Martín y Huánuco fueron las regiones más beneficiadas con 15,012 hectáreas y 14,048 hectáreas reforestadas, respectivamente.
En Ayacucho se hizo lo propio en 9,221.4 hectáreas, Ucayali (4,276.6), Junín (3,350), Puno (1,889.2), Pasco (1,211.8) y Loreto (444.30 hectáreas).
Capacitación a escolares
Con el objetivo de promover una consciencia ambiental que contribuya a conservar la tierra y sus riquezas naturales, Devida capacitó a 62,035 escolares de San Martín (40,000 alumnos), Huánuco (10,851), Ayacucho (8,000) y Loreto (3,184), durante el 2017.
En estos talleres, a los pequeños y adolescentes se les enseña técnicas de reforestación, de tratamiento de residuos sólidos y líquidos, técnicas de descomposición. Además, se les capacita para aprovechar de manera sostenible los recursos naturales realizando planes de econegocios.
“Al término de su formación secundaria los mejores proyectos de estos escolares son financiados por Devida para que la comunidad aprecie la rentabilidad de los negocios con productos oriundos del lugar, como la cocona, camu-camu, entre otros”, explicó Isla.
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