Siempre se pensó que los orígenes del cacao estaban en Centroamérica, pero recientes investigaciones iniciadas en el templo de Montegrande, ubicado en la provincia de Jaén, en la ceja de selva de la región Cajamarca, indican que este fruto se cultivó y domesticó hace más de 5,000 años por poblaciones establecidas en territorio amazónico.
El
arqueólogo peruano Quirino Olivera inició en 2016 las excavaciones en
Montegrande, un complejo en forma de espiral, construido sobre un área de 600 metros cuadrados en la meseta de un cerro rodeado de arrozales y otros terrenos de uso agrícola.
Aunque la falta de presupuesto limita el avance de las indagaciones, se detectó la posible existencia de tumbas con restos funerarios que incluirían semillas de cacao, entre otras que hoy se siguen cultivando en el fértil terruño de la ceja de selva peruana.
Las conjeturas sobre la posibilidad de comprobar la hipótesis de la existencia de semillas de cacao con una antigüedad superior, por lo menos a la de Centroamérica, se basan en el hallazgo, en 2014, de restos de almidón de cacao en vasijas ceremoniales en un templo en el cantón (municipio) de Palanda, en la provincia ecuatoriana de Zamora Chinchipe. El río Chinchipe cruza la frontera ecuatoriano-peruana y se convierte en tributario del gran río Marañón, que atraviesa Cajamarca y es afluente del Amazonas, el más caudaloso del planeta y que nace en el Perú.
Las pruebas de carbono 14 determinaron que este vestigio de cacao se remonta a 5,500 años de antigüedad. Este descubrimiento probó que las poblaciones amazónicas conocían, cultivaron, domesticaron y dieron un uso ceremonial al cacao, mucho antes que lo hicieran las culturas centroamericanas.
Quirino Olivera
Segundo Quirino Olivera Núñez, originario de Santa Cruz, Cajamarca, es Licenciado en Arqueología, Universidad Nacional de Trujillo y doctor en Historia del Arte y Gestión Cultural en Sevilla, España. Ha dirigido proyectos arqueológicos con Entidades no Lucrativas y ONG, Universidad ESAN.
En 2013 obtuvo la distinción de uno de los diez mejores descubrimientos arqueológicos del mundo por parte del Fórum de Shanghái en China y desde el año 2009 es director del proyecto de investigación y valoración del patrimonio cultural en la zona Nororiental del Marañón, vinculado a un programa de investigación arqueológica binacional Ecuador y Perú.
Participó en la gestión, diseño museológico, museográfico, construcción y puesta en funcionamiento del Museo Tumbas Reales de Sipán, además de haber coordinado diversas exposiciones internacionales. Ha sido director ejecutivo de la Asociación Amigos del Museo de Sipán y desde 2012 preside la Asociación Peruana de Arqueología y Desarrollo Social de la Amazonia.