La solidaridad y caridad imperan en el improvisado albergue que un pequeño empresario peruano ha instalado para dar un primer techo a los venezolanos recién llegados a Lima, desde donde intentan comenzar una nueva vida a la que se vieron obligados por la crudeza de la crisis que atraviesa Venezuela.
"Mi cuenta de WhatsApp 'revienta' todos los días", confesó a "Efe" el empresario textil Renée Cobeña, quien paga de su bolsillo el alquiler del local sin pedirles a sus huéspedes nada a cambio, excepto que encuentren un trabajo a fin de que puedan mudarse y dejar lugar en el albergue para sus compatriotas recién llegados.
En el albergue no solo se ofrece desayuno, almuerzo y cena gracias a las donaciones hechas por otros peruanos, sino que también se brinda a los huéspedes la oportunidad de generar sus primeros ingresos en Perú con la venta ambulante de comida.
"Acá el que llega y no trabaja en una semana es porque no quiere. De repente desean un trabajo de gerente o jefe como algunos lo eran allá, pero aquí han venido a empezar de cero", comentó Cobeña, quien es el presidente del Frente Nacional de Defensa de la Mediana y Pequeña Empresa (mype).
Sin ningún tipo de ayuda gubernamental, el mismo empresario adquirió cinco carritos para la venta de hamburguesas, arepas, bombas y tizana, gastos que le han obligado a vender casi todas las máquinas que tiene en su taller del emporio comercial de Gamarra, también en Lima.
"Muchos amigos de Gamarra me toman por loco", agregó Cobeña, quien afirmó que lo hace porque fue inmigrante durante diez años en Japón y Corea del Sur, y conoce lo que es dormir en una estación de autobuses y sufrir discriminación por ser extranjero.
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(FIN) EFE/MAE
GRM
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Publicado: 26/4/2018