En el Día Internacional del Artesano, conozca algunas experiencias de las más de 700 artesanas textiles de la provincia de Canchis, región Cusco; y del distrito de Ate, en Lima; que están dejando atrás décadas de pobreza y olvido para abrirse paso en el mundo del emprendimiento.
Ellas son poseedoras de un talento heredado ancestralmente: elaboran tejidos andinos, mates burilados, Tablas de Sarhua, entre otras manifestaciones artísticas que forman parte de nuestra cultura, historia y tradición.
Cinco mujeres, un sueño
En Canchis (Cusco), una de las mujeres artesanas empoderadas es Avelina Cruz (47), quien a pesar de su discapacidad en la mano es especialista en la técnica ancestral del pampa away, con la cual realiza elaborados telares en donde representa escenas de su vida cotidiana y la relación con su entorno, con la naturaleza, los campos de cultivo y su cultura.
En diciembre del 2017 fundó la asociación “Qori Maqui” para reunir a distintas artesanas con discapacidad y habilidades especiales en busca de mejores oportunidades económicas y sociales. Su trabajo ha sido reconocido por el Congreso de La República, el cual la condecoró este año como “Mujer que lucha por el cambio social”.
Otra historia de éxito es la de la artesana cusqueña Julia Choque (42), quien es especialista en el tejido de chullos con la técnica de 5 palitos en fibra de alpaca y oveja con teñidos naturales. Actualmente es presidenta de asociación “Munay Ruwa”, integrada por 11 mujeres que buscan preservar las técnicas ancestrales del tejido andino. Este año fue reconocida por la Red de Mujeres Sin Fronteras con el título de “Heroínas del día a día–Protagonistas del bicentenario”.
En Ate (Lima), una de las mujeres destacadas es Violeta Quispe Yupari, artesana de raíces ayacuchanas que a través de las Tablas de Sarhua –una tradición que data desde la época prehispánica y que es considerada Patrimonio Cultural de la Nación- busca trasmitir la tradición y cultura del pueblo de Sarhua, una comunidad rural que vive del pastoreo, agricultura y artesanía.
La Tablas que crea Violeta dan protagonismo a la mujer, la sociedad, la familia y el trabajo. En las escenas cotidianas que pinta plasma a grupo de mujeres cantando, tocando instrumentos, pastando ovejas, tiñendo fibra de alpaca, entre otras. También, narra el mito de la sirena muy popular en su comunidad, e innova con figuras surrealistas, en donde los protagonistas son animales humanizados.
María Ortiz es otra artesana de Huaycán empoderada. Ella es especialista en mate burilado, una técnica para hacer inscripciones en calabazas que data desde hace más de 3,500 años y que era utilizada para crear vasijas y cubiertos grabados durante la época preincaica.
Ella, junto al colectivo “Intillakta”, elabora mates con formas de cofres, nacimientos, portalapiceros y aretes en donde graba representaciones culturales de las regiones del Perú, como Las Cabezas Clavas de la cultura Chan Chan y motivos geométricos incaicos. También, ha innovado en el arte del tejido, especializándose en la elaboración de telares. Sus productos han sido exportados a Francia e Italia.
En Huaycán también se resalta el talento de Chela Teodora, maestra huanuqueña que integra la agrupación “Awacc Warmicuna”. Un grupo de ocho mujeres especialistas en telar de cintura, telar de pedal y bastidor. Sus productos bandera son las carteras de telar con aplicaciones de cuero y los mantos, chales, ponchos, tapices; con variantes de innovación.
Por último, veamos el caso de la artesana Ludy Lucía, quien integra la asociación “Yachay Mama”, un grupo de mujeres especialistas en el tejido de crochet, 2 palitos y la horquilleta. Entre los productos que elabora, figuran las rosas tejidas, salidas de baño, chompas, cuelleras, mitones, gorros, ponchos, entre otros. Su perseverancia logró que sus tejidos ingresen la feria internacional Perú Moda 2019, que se efectuará del 10 al 12 de abril de este año.
Mujeres autónomas
Estas emprendedoras integran desde el 2017 el programa “Mujeres con talento” de ASPEm (Asociación Solidaridad Países Emergentes), el cual busca contribuir a la autonomía económica de las organizaciones de mujeres artesanas textiles a través de su empoderamiento y el desarrollo de competencias en su producción. Esto después que identificaron que una de las principales problemáticas del rubro de artesanía textil y confección es la falta de un acceso adecuado al mercado.
“Uno de los problemas que identificamos en Canchis y Ate fueron las limitaciones y poca innovación en sus productos, asimismo, la poca llegada al mercado nacional, además de que sus asociaciones eran lideradas por varones. Hoy en día, ellas cuentan con un mercado para exponer sus productos, sus técnicas han mejorado -sin dejar de expresar su tradición y cultura- y son reconocidas y valoradas. Asimismo, lideran diversas redes y han mejorado sus ingresos”, afirmó María Zevallos, directora de ASPEm Perú.
Capacitadas y empoderadas
Para empoderarse, las artesanas han recibido una serie de capacitaciones en procesos de desarrollo de productos textiles: desde la elaboración de la ficha técnica, los “swatches”, medidas y tallas adecuadas del mercado internacional, hasta acabados e inspiraciones en tendencia utilizando fibra de alpaca y algodón 100 por ciento natural y orgánico.
A su vez, se promovió su empoderamiento comercial desarrollando marcas por asociación, acompañamiento en imagen, producción de catálogos y recursos de acabado para sus prendas, tales como etiquetas, “handtags”, etiquetas de lavado y cuidado de prenda y empaque, así como la colocación de sus productos.
Por último, se han empoderado en su nivel de incidencia y conocimiento de derechos fundamentales con enfoque de género y cómo prevenir y denunciar situaciones de violencia, en donde se partió por empoderarlas en el desarrollo de sus habilidades personales y autoestima.
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(FIN) NDP/MAO
Publicado: 19/3/2019