Según el ejército, esta disidencia de la disuelta guerrilla comunista tenía "nexos" con líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), reconocida como la última organización rebelde activa en el país y que negocia la paz con el gobierno.
A través de esta presunta alianza, ambos buscan controlar el narcotráfico en los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare, así como coordinar "actividades extorsivas, tráfico de armas y articulación de planes terroristas", indicó el boletín.
Sin un mando unificado, los disidentes cuentan con unos 1.200 combatientes y operan en apartados puntos de Colombia donde controlan el narcotráfico o la minería ilegal.
Colombia, principal productor de cocaína del mundo, vive un conflicto armado que en medio siglo ha dejado unos ocho millones de víctimas entre desaparecidos, muertos y desplazados.