El Ministerio de Cultura declaró hoy Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos, técnicas y prácticas asociadas a la producción de la cerámica “ollas de piedra”, del distrito de Chancay, provincia de San Marcos, región Cajamarca, por tratarse de una alfarería que ha alcanzado prestigio y continuidad.
Ello debido a sus características de durabilidad y funcionalidad, las mismas que son fruto de una tecnología que se sustenta en conocimientos milenarios, y por ser una expresión emblemática de la identidad cultural de los pobladores del distrito de Chancay, precisa el considerando de la Resolución Viceministerial Nº 072-2018-VMPCIC-MC publicada hoy en el Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.
El distrito de Chancay se encuentra a 2,685 metros sobre el nivel del mar, tiene 18 anexos y una población de 4000 habitantes que se dedica a la agricultura y a la cerámica.
Los conocimientos y técnicas en la elaboración de ollas de piedra se sustentan en siglos de creación cultural a lo largo de los cuales los ceramistas de la región han ido desarrollando técnicas tradicionales para el manejo de diversos insumos, entre los que destacan abundantes yacimientos de antracita y arcilla.
La antracita es un carbón mineral con alto nivel de carbono, negro brillante y muy duro que, pulverizado, se mezcla con la arcilla y es llamado piedra campana, en el caserío de Socchagón, por la calidad de su sonido al golpear el ceramio.
Esta cerámica es trabajada desde tiempos prehispánicos y ha tenido, a lo largo del tiempo, una permanente demanda de la población por las cualidades de duración de las ollas. Las piezas producidas son utilizadas en la cocina regional y para el consumo de la bebida llamada chicha, entre otras.
Dentro de la producción alfarera de Chancay la pieza más requerida es la olla, de piedra- famosas por sus cualidades matéricas, técnicas y funcionales, la cual se compone de una base casi plana para acomodarse a las cocinas de gas, a diferencia de las más redondeadas para el fogón. El cuerpo es semiesférico, el cuello es corto y une el cuerpo con el gollete que viene a ser la boca de la olla, la cual según el modelo puede llevar una tapa.
Otra vasija notable es el urpo o payanca, donde se deposita la chicha de jora para su maceración, esta pieza puede llegar a contener 100 litros. El urpo se diferencia de la olla porque es más grande, tiene el cuerpo más pronunciado, la boca pequeña y lleva dos asas equidistantes en el cuerpo.
Las ollas de piedra, a diferencia de las ollas industriales, permiten que los alimentos cocidos en estas tengan más sabor y sean probablemente, más saludables.
Es por estas cualidades que las ollas, los urpos y otras vasijas de Chancay continúan teniendo gran demanda en el mercado dominical de San Marcos y en los de otros pueblos y, en épocas de cosecha, se intercambian por alimentos.
Se encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial en coordinación con la
Dirección Desconcentrada de Cultura de Cajamarca, la elaboración cada cinco años, de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.
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(FIN) TMC/MAO
Publicado: 28/5/2018