La preservación de los bosques, ríos y lagos, así como de la gran biodiversidad amazónica del Abanico del Pastaza, un ecosistema de más de 3.8 millones de hectáreas en la provincia loretana del Datem del Marañón, será posible gracias a un proyecto ecosostenible que asegura el adecuado tratamiento de los residuos sólidos, especialmente del plástico.
El proyecto de preservación Abanico del Pastaza, pionero en la región Loreto y la Amazonía peruana, se lanzó hoy para contribuir a la conservación de este frágil territorio amenazado por la creciente generación de residuos plásticos, que actualmente superan las 20 toneladas mensuales.
Siguiendo la
exitosa experiencia del distrito cusqueño de Machu Picchu, esta iniciativa de la multinacional peruana Grupo AJE, comenzó con la donación de una
máquina compactadora de residuos sólidos al municipio de San Lorenzo, capaz de procesar 21 toneladas mensuales. Con ello, se logrará reducir sustancialmente la contaminación de ríos, lagos, lagunas, humedales y el bosque que son el hogar de muchas especies de animales y vegetales, algunas de ellas únicas en el planeta.
En la presentación de este proyecto participaron el viceministro de Gestión Ambiental, Marcos Alegre; el alcalde de San Lorenzo, René Chávez; y el director ejecutivo de Comunicaciones y Sostenibilidad del Grupo AJE, Jorge López-Dóriga.
Preservar etnias y biodiversidad
Al respecto, el viceministro Marcos Alegre saludó esta iniciativa que beneficiará directamente a 72,000 habitantes de la provincia del Datem del Marañón, y donde residen etnias amazónicas como awajún, ashuar, kandozi, quechua, wampis, entre otras.
Destacó, asimismo, que gracias al tratamiento adecuado de los residuos sólidos se podrá conservar un humedal catalogado como sitio Ramsar por su importancia internacional, que alberga a 292 especies de peces, 261 especies de aves, 66 especies de mamíferos, 57 especies de anfibios, 38 especies de reptiles.
El Abanico del Pastaza representa el 3% del área boscosa del Perú, donde existen 804 especies de plantas arbóreas y arbustivas, entre las que destacan el aguaje y el ungurahui, entre otras que tienen gran potencial económico, por lo que se convierte en uno de los ecosistemas más productivos de la Amazonía peruana.
Por su parte, el burgomaestre de San Lorenzo, capital de la provincia del Datem del Marañón, René Chávez, agradeció el apoyo de la empresa AJE para poner en marcha este proyecto que busca hacer de dicho distrito de 16,000 habitantes una ciudad sostenible tomando como modelo lo realizado con éxito en
Machu Picchu.
“Uno de nuestros objetivos es transformar un problema en una oportunidad que aporte un ingreso económico a la comunidad. El proyecto Abanico del Pastaza permitirá limpiar las zonas de vida de diversas especies de nuestra fauna local, como el delfín rosado, el manatí, el caimán negro y la nutria gigante, cuyo hábitat son los ríos, lagos y lagunas que conforman este gran humedal”, sostuvo.
La autoridad edilicia enfatizó que el Abanico del Pastaza atesora 3,100 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) debajo de su suelo, lo que representa el 40% de las reservas de carbono retenido en el territorio peruano.
Agregó que esta iniciativa contribuyó a una gestión adecuada de los residuos generados por el turismo y la población local, con lo cual se evitó que la ciudadela inca –una de las siete nuevas maravillas del mundo- sea incluida en la lista de patrimonios en riesgo de la Unesco.
Indicó que esta primera intervención ecosostenible se complementó con la instalación de otra
máquina capaz de procesar el aceite doméstico utilizado en el distrito de Machu Picchu para convertirlo en biodiesel y glicerina, con lo cual se reduce considerablemente la contaminación del río Vilcanota, lugar donde se vertía el aceite.
El proyecto integral que se viene ejecutando en Machu Picchu contempla la implementación de una planta de procesamiento de residuos orgánicos para generar biocarbón, que es un fertilizante natural que permitirá la recuperación de los suelos degradados en esa zona del Cusco.
"El Abanico del Pastaza no es solo un humedal, es una fuente de vida que debemos preservar. Nosotros venimos realizando acciones en
Machu Picchu, precisamente, para ayudar en su limpieza y preservación y queremos replicarlo en San Lorenzo, porque buscamos un mundo sostenible, empezando con iniciativas desde los distintos rincones del Perú. Esta actividad forma parte de nuestros compromisos suscritos en el convenio firmado con el Ministerio del Ambiente, para la conservación de dicho humedal de importancia internacional y también para contribuir a la gestión integral de residuos sólidos plásticos con las municipalidades", subrayó.
(FIN) LZD/
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