Actualmente, el doctor Solis Véliz, junto a la industria nacional, viene desarrollando fibras acrílicas antimicrobianas de larga duración.
“En colaboración con la empresa Sudamericana de Fibras, estamos trabajando en la encapsulación de nanopartículas en la propia estructura de las fibras acrílicas durante su fabricación. El objetivo es que la fibra tenga propiedades antimicrobianas inherentes y una gran duración”, explica el físico peruano.
El proyecto se encuentra en fase de laboratorio con resultados preliminares prometedores y buscan escalar la producción a nivel de planta.
Dividiendo responsabilidades
Cada proyecto demanda tiempo para investigar, desarrollar, validar y finalmente concluir, eso lo sabe muy bien el doctor José Luis Solis quien enfrenta el desafío, como muchos profesionales, de equilibrar su vida laboral con la familiar.

Se casó con la doctora Mónica Gómez, también investigadora de la UNI, a quien conoció en la universidad y la ciencia ha sido un elemento que "siempre los ha unido" y sobre la cual siempre conversan. “La ciencia es algo fundamental en la familia”, señala Solis Véliz.
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Tela antimicrobiana y con protección a radiación UV hecha en la UNI apunta a escalamientoActualmente, tienen dos hijas de 19 y 22 años, ambas decidieron seguir el camino y ejemplo de sus padres y estudian Biología en la Universidad Nacional Agraria La Molina. El doctor Solis recuerda que él y su esposa siempre han tenido que repartirse las responsabilidades del hogar, más cuando sus hijas eran pequeñas y especialmente después del doctorado de su esposa, quien incluso renunció a su trabajo por un tiempo para dedicarse a la crianza de sus niñas.
“A pesar de llevar el trabajo a casa en ocasiones, siempre buscamos momentos de unión familiar para no absorbernos tanto”, señala Solis Véliz.
Vivir con solo 100 dólares al mes
El físico de la UNI también recuerda que sus inicios como investigador- antes de formar una familia- fueron muy difíciles, principalmente por el sueldo.
“Cuando terminé el doctorado en Física fue una etapa bastante crítica para hacer ciencia, con sueldos bien bajos. Tuve que realizar otras actividades, recuerdo que mi primer sueldo en la universidad fue de $100. Menos mal fue antes de ser papá, porque hubiera sido imposible mantener una familia con ese sueldo”, recuerda Solis Véliz.
En setiembre del 2001 nace su primera hija y ese año viaja a los Estados Unidos, para realizar su posdoctorado. “Fuimos los tres, logré tener un buen sueldo allá y luego regreso a Perú porque se abrió una plaza en el IPEN, donde trabajé por 10 años”, señala el investigador.

Reconoce que con el paso del tiempo, al menos en los últimos 10 años, hay mejoras para los investigadores peruanos, gracias a los cambios en la Ley Universitaria y el fomento en la carrera del investigador.
“Esto ha llevado a un aumento significativo en los fondos para proyectos, también hay un bono que da el Ministerio de Educación a investigadores calificados, lo que permite una dedicación plena a la universidad y la investigación”, señala.
A pesar de las mejoras, reconoce que los jóvenes investigadores aún deben sacrificar algunas cosas, y que aún hay trabajo por hacer para darle más oportunidades.
“Es necesario que las universidades privadas también aumenten su componente de investigación, no solo de docencia, para generar más oportunidades laborales. Además, esperamos que los programas de doctorado - como el actual que impulsa Concytec - que ofrecen subvenciones considerables, continúen impulsando la investigación y el desarrollo del país”, comenta Solis Véliz.
Finalmente, aconseja buscar un equilibrio y envía este mensaje a quienes deciden seguir el camino de las ciencias: "No todo es el dinero, lo más importante es también de que te sientas contento y que tengas lo necesario para vivir, pero que te guste", finaliza el físico peruano.
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(FIN) MFA