El jaguar u otorongo es el carnívoro más grande de América, con distribución en 18 países. Sin embargo, se estima que el 50 por ciento de su presencia en estos territorios se ha perdido, llegando al extremo de desaparecer en El Salvador y Uruguay.
José Luis Mena, director de Ciencias de Word Wildlife Fund (WWF) Perú, sostuvo en diálogo con la Agencia Andina, que una de las prioridades de la “Iniciativa Jaguar” es generar información sobre la población de esta especie, a fin de saber con precisión en qué condición de vulnerabilidad se encuentra en la actualidad en Perú.
El especialista indicó que este proyecto se suma a los esfuerzos que despliega el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) para saber si el jaguar mantiene o varió su condición actual de “Casi amenazada” en la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En ese sentido, consideró muy importante la creación de un
plan de conservación -como los que ya existen para especies como el
oso de anteojos, el
cóndor andino, el
tapir andino, la
pava aliblanca y el
suri o avestruz andino, entre otros- cuya aplicación permita conservar y
evitar la extinción del jaguar. “El objetivo es que salga de la lista de especies amenazadas”, enfatizó.
“El jaguar se ha convertido en una especie prioritaria para WWF, y es fundamental generar mecanismos para asegurar su conservación, de la mano con otras organizaciones, el sector privado y el Estado. La cooperación y los esfuerzos conjuntos entre diversos actores son cruciales para enfrentar este problema”, manifestó.
Mena Álvarez lidera un equipo de biólogos y geógrafos que tienen como campo de trabajo el Parque Nacional Güeppí-Sikemi, en la región Loreto, limítrofe con Ecuador y Colombia. Allí coordinan con las comunidades indígenas, el Serfor, el Sernanp y las autoridades competentes para sumar esfuerzos, anotó.
Al respecto, refirió que la población estimada de jaguares en triple frontera amazónica es de 50 ejemplares, la mayoría de ellos adultos (machos y hembras). Esta cifra es el punto de partida para estudiar a la población, tanto en el área natural protegida por el Estado como en las reservas comunales aledañas.
Amenazas
Las causas identificadas de esta disminución poblacional del jaguar son la deforestación y destrucción del hábitat, la agricultura descontrolada, y el conflicto humano-jaguar cuando este felino es exterminado al ser considerado un peligro para la ganadería de los colonos en la selva.
Otra amenaza es la desaparición o casi extinción de especies que conforman la cadena alimenticia del jaguar, lo que genera una situación conocida como “defaunación” o existencia de un hábitat de baja calidad para este animal, explicó el experto.
La caza ilegal es una amenaza cuya dimensión no ha sido aún determinada, en vista que todavía no se reportan casos de incautación de pieles de jaguar en vías de comercialización. Sin embargo, no se descarta que esta sea una de las causas de la baja en la población de este felino silvestre.
Corredores biológicos
Sostuvo que los "corredores biológicos" son una propuesta para mantener poblaciones viables de especie con amplio requerimiento de territorio, como ocurre con el jaguar. Estos corredores contribuyen a asegurar el intercambio genético y la conectividad entre poblaciones, permitiendo su conservación a largo plazo.
Por ello, dijo que el corredor Napo-Putumayo es de gran importancia para el jaguar, porque además demuestra el enorme valor de esta zona compuesta por áreas naturales protegidas como el Parque Nacional Güeppí-Sikemi, como solución a la deforestación, una de las más grandes amenazas de la Amazonía.
La “Iniciativa Jaguar”, que empezó en 2017, cuenta con el apoyo de la empresa HP, cuyo financiamiento permitió la instalación de 129 cámaras-trampa en tres áreas del corredor Napo-Putumayo: el Parque Nacional Güeppí-Sikemi (Perú), la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (Ecuador) y el Territorio Indígena Predio Putumayo (Colombia).
“Entre diciembre de 2017 y marzo de 2018 se determinó la presencia de alrededor de 50 jaguares en un esfuerzo que implicó el análisis de 64,700 fotografías logradas por las cámaras-trampa”, subrayó.
“El jaguar constituye uno de los indicadores del estado de conservación de los bosques. Un ecosistema saludable se caracteriza por poblaciones viables de jaguares y de las presas de las que se alimenta para sobrevivir. Este felino es considerado como una especie ‘sombrilla’, dado que su conservación asegura la de otras especies con las que convive”, enfatizó.
Parque Nacional Güeppí-Sikemi
Creado el 25 de octubre de 2012, el Parque Nacional Gueppí-Sikemi cubre un área total de 203,628.51 hectáreas. Se encuentra en los distritos de Teniente Manuel Clavero y Torres Causana, en la provincia de Maynas, región Loreto. Se ubica en zona fronteriza y limita por el oeste y el norte con Ecuador, por el este con la Reserva Comunal Huimeki, y por el sur con la Reserva Comunal Airo Pai.
Está circundado por los ríos Lagartococha, Gueppí, Peneya, y en su interior discurre el río Anusilla. Recibe precipitaciones que oscilan entre los 2500-2800 milímetros. Presenta un clima cálido húmedo, con una temperatura promedio de 25.5°C.
Los bosques tropicales del Parque Nacional Gueppí-Sikemi albergan una gran cantidad de especies forestales y de fauna silvestre, de las cuales algunas se encuentran en la lista de categorización de especies de fauna silvestre amenazadas y son endémicas de la zona.
En esta área se han registrado 97 especies de mamíferos, 417 de aves, 48 de reptiles, 45 de anfibios y 17 de peces. Entre algunas de las especies amenazadas encontradas en esta área se tiene al jaguar, el armadillo gigante, el oso hormiguero gigante, la nutria, el manatí, el delfín rosado, la taricaya, entre otros.
En cuanto a flora se ha catalogado 627 especies que pertenecen a 465 géneros y 119 familias. Entre algunas de las especies amenazadas que han sido registradas en esta área se encuentran el palo rosa, el aceite caspi, el cedro, la palma de goma, la lupuna, entre otros.
(FIN) LZD/MAO
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