Para la ministra Miloslavich, el Día Internacional de la Mujer, más que un reconocimiento al inmenso valor que tiene en la sociedad, es una celebración de la lucha de las mujeres por mejorar su presente con mucho esfuerzo.
–Les diría que todo lo que hemos conseguido en el mundo es por las largas luchas. Las decisiones no han pasado solo por el Estado, y lo digo yo que soy ministra. Las mujeres deben seguir colocando su agenda para que el Estado las tome en cuenta. Antes, por ejemplo, no había asociaciones de familiares víctimas de feminicidio. Ellas, ahora, piden políticas públicas de ayuda. Entonces, el Estado avanzará si las mujeres organizadas les plantean sus demandas al Estado y al sistema político. Pensamos, sin embargo, que debe haber cambios en la reestructuración del programa Aurora y escuchar las demandas de múltiples mujeres que desean ser mejor respaldadas en su calidad de víctimas de violencia.
–La mujer del campo está muy empoderada. Tú y yo comemos alimentos que provienen de la zona rural, ámbito que fundamentalmente está en manos de las mujeres. Lo que el Estado ha venido haciendo es reconocer el papel que ellas tienen en esta Segunda Reforma Agraria.
–Si tuviese la oportunidad de explicar por qué es tan importante que las mujeres estén en más puestos de decisión, ¿cuáles serían sus argumentos?
–Históricamente lo que se les ha pedido a las mujeres es que tengan mayor capacitación y mayores conocimientos, como si la educación fuera el único tema importante. Sin duda, es fundamental que la mujer tenga educación, pero creo que este tema no es solo educativo, ya que si las mujeres no tenemos acceso a los espacios de decisión, los cambios serán muy lentos. Si no estamos en un puesto de decisión, el modelo no cambiará.
–¿Cómo podríamos ayudar, como sociedad, a los niños que nacen y no tienen la presencia del padre y tampoco una pensión de alimentos?
–Creo que hemos avanzado en este tema de pensión alimenticia. Hay un registro de padres que no cumplen con ello. Hay que sincerar los datos y es que las mujeres son padres y madres de familia. La ausencia del padre no se da solo en nuestro país, sino también en América Latina en su conjunto. El machismo es estructural: un hombre no nace machista, se hace machista en el camino. Por ello, los hombres deben darse cuenta de que forman parte del machismo para construir relaciones más democráticas con las mujeres.
–De acuerdo con los datos del Ministerio de la Mujer, cerca del 68% de feminicidios son perpetrados por la pareja o la expareja de la víctima, ¿qué papel juega el docente en los colegios para formar hombres que respeten a las mujeres?
–Creo que los cambios estructurales serán lentos. Existen dificultades en el sistema educativo. La mirada que tenemos sobre el sistema educativo es patriarcal y además es un sistema político. Hay razones por las que se ha permitido que se eduque en paralelo con el machismo. Es difícil hacer grandes cambios cuando en nuestro sistema educativo se dictan algunas maestrías sobre estudios de género solo en dos o tres universidades. Debe haber una revolución en todo el sistema patriarcal.
–El Ministerio de Salud ha informado que el 65% de las víctimas de violencia sexual son niñas, niños y adolescentes, ¿hay algún diálogo de coordinación con otros sectores para prevenir estos casos y proteger a las víctimas?
–Para frenar la violencia y prevenirla necesitamos cambiar el nivel de tolerancia que tenemos frente a la violencia. El Estado debe hacer su parte, además de considerar que la violencia contra las mujeres es una pandemia universal, está presente en todos los países. Sin embargo, el mundo está cambiando, no quiero ser binaria, así que solo diré que las nuevas generaciones muestran menor disposición a tolerar el abuso y la violencia contra ellas. Yo formo parte de una generación que lamentablemente toleró el abuso, las relaciones asimétricas y muchas quedaron silenciadas y calladas a pesar de vivir situaciones de discriminación y violencia. Y esto se debe a que no había un marco normativo, ni servicios, ni acompañamientos que hoy tenemos. Creo que la nueva generación de mujeres está poco dispuesta a tolerar tal violencia. En esta nueva generación también hay hombres que están más abiertos a construir relaciones democráticas y no tienen esa idea de ser dueños de las mujeres.
–Pasando al ámbito de la actualidad política, ¿qué aspectos de su sector se incluirán en el discurso del presidente del Consejo de Ministros en su pedido de confianza en el Congreso?
–Un tema central es la reestructuración y mejoras de servicios y programas que tienen que ver con la violencia contra la mujer. Además de proyectos de inversión en gobiernos locales y regionales, ya que estamos presentando un decreto supremo en el marco de una estrategia denominada Gobernando Juntas y que también está vinculada a que las alcaldesas del bicentenario puedan, en el año que les queda y para las que serán elegidas, la posibilidad de asistencia técnica, de acompañamiento, ya que necesitan esos proyectos de inversión. Otro tema es la urgencia de volver a capacitar a los funcionarios y operadores de justicia en el Centro de Altos Estudios para la Prevención de la Violencia Contra la Mujer y que ellos sientan que están mejorando.
–¿Qué tan importante es para el país que el Parlamento les dé el voto de confianza?
–Debemos tener conciencia de que no existe otra forma de convivencia más que el Estado de derecho. Tenemos 22 años de transición democrática y a eso hay que apostar. Pido el voto de confianza para apostar por un Estado de derecho que estamos viviendo en los últimos 22 años. Sin duda, este gobierno necesita hacer autocríticas y reajustes. Es increíble, pero la economía ha ido mejorando, somos unos de los países que se ha ido estabilizando económicamente. Entonces, hay una contradicción porque hoy gozamos de estabilidad económica con una crisis política que no se soluciona. Por ello, para mí, el voto de confianza es un voto por la democracia, sin importar la ideología que tengamos.
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