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“La violación sexual a un menor desata ola de efectos negativos en la familia”

Experta en salud mental recomienda qué hacer a propósito de lo ocurrido en SJL

Foto: ANDINA/Dante Zegarra.

Foto: ANDINA/Dante Zegarra.

13:44 | Lima, feb. 5.

"La violación a un menor de edad provoca una ola de efectos negativos en la familia", aseguró hoy la médico psiquiatra, Gisela Vargas, al subrayar que la atención y tratamiento de estos casos debe involucrar a progenitores y el entorno social más cercano de la víctima.

La especialista en niños y adolescentes del Hospital Víctor Larco Herrera dijo que al miedo que siente la niña o niño luego de ser abusado sexualmente, se suma el sentir de los padres al enterarse de los hechos y es allí cuando el problema se torna más complejo.

Dijo que en la mayoría de los casos, la familia entra en pánico, desesperación y en un primer momento hasta sancionan a la niña (o). Luego, los padres se empiezan a culpar entre ellos, el grupo parental busca responsables y no tienen una actitud compasiva con el menor.

“Cuando se conoce que el violador es parte de la familia, ocurre una catástrofe pues se produce una ruptura. Si el agresor es un miembro cercano como el padre, hermano, tío o abuelo se fractura la familia, y si hay embarazo, es peor”, precisó a la Agencia Andina.

Comprensión y fortalecimiento

Ante el impacto que tiene la violación en la vida de la menor como en su entorno social, es necesario evitar que las consecuencias del hecho se expandan. Por eso, afirma Vargas, para ayudar a la niña o niño hay que fortalecer a los padres de familia o tutores, si los tuviera. 

“La ola negativa se expande, hay que evitar que eso ocurra y permanezca en el tiempo. Para lograrlo, los progenitores tienen que aceptar que el hecho se dio y que la niña no es responsable de ello. Tienen que comprender que es un accidente y es circunstancial. Nadie pudo preveerlo”.

Vargas refirió que esta actitud impedirá que culpen a la niña, pero que tampoco la victimicen. Si lo hacen, la esconderán, aislarán y alterarán su vida cotidiana. La niña no es una víctima sino una afectada como ellos, por esa razón tienen que buscar ayuda de un especialista, señaló.
 
Buscar ayuda es para sanar, para solucionar las consecuencias como la posibilidad de un embarazo. En la medida de lo posible la niña tiene que continuar con su vida normal; si deja de ir a la escuela, debe seguir estudiando en su hogar. La escuela tiene un rol de soporte emocional muy importante”. 

Los casos de la niña de 9 años que dio a luz a una bebé en Tacna como resultado de las innumerables violaciones que sufría de su propio padre, Mario Mamani Vilca, y la violación y luego asesinato de otra niña de 11 años, en San Juan de Lurigancho, al parecer, a manos de César Augusto Mendoza Alva, han puesto al descubierto el impacto que tiene en el entorno familiar y social de la menor, el abuso sexual de una menor.

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(FIN) SMS/RRC
JRA

Publicado: 5/2/2018