Los niños con autismo tienen una percepción del mundo diferente que puede ocasionar una alta sensibilidad auditiva, motivo por el cual un ruido estruendoso puede ser percibido por el niño como una verdadera catástrofe.
Por tal motivo, Mila Huamán, directora de la Asociación “Soy Autista, y qué”, invocó a la población a celebrar la noche de Año Nuevo sin el uso de artefactos pirotécnicos y pensar en el enorme daño que se le puede causar a las
personas con autismo.
“Las personas con autismo, sobre todo los más chiquititos, nacen con el oído inmaduro y que no filtra, y al escuchar estas bombardas de forma intempestiva, no solo les causa un grave daño sonoro sino también entran en pánico, desesperación, llanto y sufren, así como su familia”, manifestó.
Recordó que hace 6 años atrás, su familia vivió un episodio dramático, cuando su hijo menor de edad se despertó de manera intempestiva a causa de la explosión de los pirotécnicos durante una celebración de fin de año.
“Se perturbó tanto que no supo que hacer en ese momento. Se apretó los tímpanos y se los reventó y sangró durante dos días. Así como él, hay jóvenes que al escuchar una bombarda en forma intempestiva convulsiona y puede caer mal, romperse la cabeza y morir”, aseveró.
Pidió a la población buscar celebrar la noche de Año Nuevo de otra forma, respetando al prójimo y siendo empáticos con las personas vulnerables.
Felicitó a los distritos que han prohibido el uso de pirotécnicos en sus jurisdicciones, aunque expresó su preocupación por la falta de una fiscalización efectiva para hacer respetar la norma.
Sostuvo, además, que durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo se incrementan las emergencias en un 600% a causa de quemaduras e incendios generados por los pirotécnicos.
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Publicado: 28/12/2019