Andina

Buscan erradicar el caracol gigante africano de selva de región Junín

Senasa y comunidades indígenas adoptan medidas

Cortesía

11:03 | Junín, oct. 26.

Las comunidades indígenas de las provincias de Satipo y Chanchamayo, región Junín, se sumaron a las acciones desplegadas por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) para el control y erradicación de la plaga del caracol gigante africano (Achatina fulica), se informó.

Los servidores del campo del Senasa articulan acciones con los gobiernos locales y autoridades comunales de Zotani, Esperanza, Puerto Victoria y Río Tambo, zonas que han reportado presencia de esta plaga y donde se han conformado brigadas de control con los pequeños productores y población a fin de realizar jornadas de recolección de estos moluscos.

En cada jornada se llega a juntar de 200 a 300 kilos de caracol africano, los mismos que son depositados en cilindros con agua y sal o lejía. Durante 24 horas se deja en reposo y luego son enterrados a 20 o 30 cm bajo tierra. Para el manejo de esta plaga, el Senasa recomienda usar guantes impermeables, tapabocas y bolsas.

Los distritos de San Ramón, Chanchamayo, San Luis de Shuaro, Pichanaki y Satipo, presentan mayor incidencia en las zonas urbanas, donde también se realizan charlas de capacitación en colegios como estrategia para llegar a la población en general.

Asimismo, en las comunidades indígenas, el Senasa evalúa los predios de cítricos, banano y papaya, cultivos producidos en abundancia y que son de importancia económica y de sustento diario para los pobladores de estas zonas.

Mediante esta actividad, los especialistas identifican los lugares donde hay mayor incidencia, lo que les permite tener un cálculo poblacional de esta plaga.

Los meses con mayor infestación fluctúan entre octubre y abril, por la presencia de lluvias, lo que genera condiciones climáticas favorables para su hábitat.

En la zona urbana, su hábitat son los lugares frescos, desagües, basurales, con mucha humedad y sombra. Llegaron al campo porque los pobladores y agricultores quisieron criarlos para su consumo, desconociendo el riesgo que significaba para sus cultivos y su salud.

(FIN) PTM/MAO

Publicado: 26/10/2016