José Antonio Vadillo VilaEl distrito de San Juan de Lurigancho, considerado el más poblado de Lima y el Perú, conmemora hoy sus 56 años de vida institucional. El Pueblito, ubicado en Ascarrunz, es la síntesis de su historia de ichmas e inmigrantes.
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Del ajetreo y los bocinazos de la avenida Próceres de la Independencia a El Pueblito solo hay una cuadra, a la altura de la estación Pirámide del Sol, de la Línea 1 del Metro de Lima. Posmodernidad y tradición a menos de 100 metros lineales de distancia.
En El Pueblito está el origen del distrito más grande del Perú y su medio siglo y pico de persistencia, de empuje social y económico. San Juan de Lurigancho (SJL) es el cruce de lo costeño y lo andino (básicamente); de lo citadino y provinciano; de la migración urbanizada y la apurada que llegó con lo que pudo en los tiempos del terror, y ahora –de yapa– también acoge a los migrantes de la tierra de Simón Bolívar. Cónclave de la Lima pujante, del multiculturalismo y también la Lima estigmatizada, SJL, con su más de un millón de vecinos, es urbe dentro de la urbe, con sus supermercados y pronto con mall propio, lo anuncian los marqueteros. Miniciudad con universidades e institutos y ahora un pavimentado camino (El Pasamayito) que lo conecta con su siamés, Comas, otro gigante limeño.
¿Cómo era la vida de los antiguos luriganchos?
El mural, con sus dos tapadas de una Lima que ya no está, aguanta los embates del sol. Un eterno ronronear de mototaxis, cousters y taxis ponen la música de fondo; y el único espacio que parece incólume a la bulla es la plaza de El Pueblito, mejor dicho, la plaza de Armas del emblemático distrito.
“Estamos en el corazón del San Juan de Lurigancho contemporáneo. Este lugar, que era un típico pueblo costeño rural, que ha pasado por una serie de transformaciones”, resume el antropólogo Wilmer Mejía Carrión, integrante del Instituto Cultural Ruricancho.
El lugar fue fundado alrededor de 1575 como reducción de indios y era propiedad de la Iglesia. Antes ya lo habitaban básicamente los ichmas (1000 d. C.-1532 d. C.), cultura precolombina limeña. “Los antiguos luriganchos vivían en los cerros, desde donde tenían mejores posibilidades de defensa frente a otras etnias, y dejaban las partes planas como tierras de cultivo”, comenta Mejía.
Durante el Virreinato llegó el tiempo de las haciendas. Alrededor de El Pueblito se ubicó la hacienda Ascarrunz. También estaban las haciendas Zárate y Flores, y pequeñas parcelas como la hacienda Chacarilla de Otero.
“En el Virreinato, San Juan de Lurigancho no se caracteriza por tener grandes haciendas, sino que se va a parcelar su territorio; habrá 23 haciendas y en su gran mayoría estarían a cargo de arrendatarios”, explica.
Tras la independencia del Perú, en 1825 se crea el distrito de Lurigancho, un megaterritorio que se extendía desde la confluencia de los ríos Santa Eulalia y Rímac, en Santa Eulalia, hasta los pies del cerro San Cristóbal. Su capital fue El Pueblito. Sin embargo, en 1894 se crea Chosica y se traslada la capital, y en El Pueblito solo quedaría una agencia municipal.
El estirpe de la familia Lino
Desde hace 66 años, Juan Pablo Lino Colán vive en El Pueblito. Sus padres fueron de los primeros 40 pobladores que se ubicaron alrededor de este espacio, bajo el nombre de Asociación de Pobladores San Juan de Lurigancho.
Alrededor de la plaza de Armas de SJL cada julio se realizaba el desfile cívico-escolar, con delegaciones escolares. Luego, cuando se multiplicaron las instituciones educativas en el distrito, se pasó a las avenidas más amplias. Y hoy esa tradición se perdió.
De las viejas tradiciones en El Pueblito, sobrevive la de la fiesta de San Juan. Cada 24 de junio, los vecinos sacan la cruz de la capilla San Juan Bautista y sale en procesión el patrón. Y los jóvenes siguen integrando el Club Parroquial, que fue fundado el 8 de enero de 1968, y que participó por mucho tiempo en la liga distrital, pero al señor Lino le da jaqueca al recordar que la cancha del IPD en Chacarilla se ha transformado en canchitas de fulbito y “se mató todo el futbol de la Liga de San Juan de Lurigancho”, que tampoco se quedó con su estadio principal, que quedaba en la hacienda Flores.
Cuenta que en esta plaza había 9 árboles, que incluían una palmera en cada esquina, pero ya no están. De muchacho, el señor Juan Pablo trotó por todo San Juan de Lurigancho. Recuerda la pista antigua que recorría los potreros, los terrenos de los japoneses arrendatarios, los fundos de ese SJL rural del ayer. Y tiene fresca en su memoria la carrera de autos con la que se inauguró Canto Grande.
El apellido Lino figura en los anales de la historia sanjuanluriganchina porque el padre del señor Juan Pablo integró la comisión que peleó para que SJL se independizara de Chosica. Y por Ley N° 16382, emitida en 1967, se crearía el actual distrito y El Pueblito se registró como su capital.
La pregunta del millón de intis es ¿por qué en El Pueblito no se ubica la Municipalidad Distrital de San Juan de Lurigancho? Aquí su historia.
El hacendado de Ascarrunz, de apellido Palacios, donó a la comunidad un terreno adyacente a la plaza para construir el municipio; sin embargo, Checa Solari, propietario de la hacienda Zárate, decidió que el palacio municipal se construyera en sus predios, ya en pleno plan urbanizable y, a la vez, quería desalojar El Pueblito para continuar urbanizando los confines luriganchinos.
Jugará un papel importante en el desenlace el sacerdote de apellido Álvarez Calderón, quien intercedió ante el arzobispo Juan Landázuri para que no venda estos predios de la Iglesia al terrateniente Checa Solari, sino a los vecinos que, de lo contrario, quedarían sin viviendas. “Landázuri aceptó y, gracias a eso, subsiste El Pueblito”, dice Wilmer Mejía.
Con los años, los vecinos incluso quisieron tomar el terreno donado por Palacios para convertir el parque en una alameda. Finalmente, el hacendado alquiló su propiedad y ahora es un enorme instituto privado.
Adyacente a la plaza se ubica el colegio Julio C. Tello N° 1173. Es el primer colegio fundado en el distrito y por años, cuando la oferta educativa era pequeña, recibió a alumnos de todo el distrito, de Canto Grande, de Campoy, de Zárate.
La ubicación de la institución educativa no es la misma. El antiguo local se hallaba a poco más de una cuadra. Era una construcción de adobe que sucumbió al terremoto de 1940. Los seísmos de 1940, 1966 y 1970 afectaron gravemente la zona y las construcciones de adobe que caracterizaron El Pueblito histórico.
A eso, recuerda Juan Pablo Lino, se sumó en los años setenta que terminaron por colapsar los muros sobrevivientes. Los vecinos, con grandes esfuerzos, construirían sus viviendas con material noble. La modernidad llegaba a la fuerza.
Exposición itinerante
Mañana, sábado 14, en la plaza de El Pueblito, y como parte de las conmemoraciones del aniversario del distrito, se inaugurará la exposición itinerante San Juan de Lurigancho en el tiempo. Es uno de los eventos con los cuales el Instituto Cultural Ruricancho celebra sus 25 años de apuesta cultural en el distrito. Se trata de un conjunto de fotografías y planos, históricos y actuales, con los que se busca generar un diálogo con el vecino, explica Julio Abanto, vocero de Ruricancho. Luego, la exposición circulará por otros espacios del distrito durante todo el 2023.
Cifra: 23 haciendas hubo en San Juan de Lurigancho.
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(FIN) DO/KGR
Publicado: 13/1/2023