Ariana Vásquez, nacida en la vibrante ciudad de Iquitos, en el corazón de Loreto, ha demostrado desde temprana edad una determinación inquebrantable para alcanzar grandes logros. A sus cortos 15 años, Ariana ya había decidido que su futuro estaría marcado por la superación y el éxito, sin importar los desafíos que se interpusieran en su camino.
Desde pequeña, se destacó en diversos deportes en su colegio. Su talento y energía eran evidentes en cada disciplina que practicaba, pero fue el vóley el que capturó su corazón de manera irrevocable. Su pasión por este deporte no era solo un pasatiempo; era una llamada que resonaba profundamente en su ser, impulsándola a perfeccionar sus habilidades y a soñar con un futuro brillante en el mundo del vóley.
"En mi colegio, he practicado muchos deportes como fútbol, natación y karate, pero al final me decidí por el vóley porque cada vez me gustaba más.", manifestó en una entrevista exclusiva a la Agencia Andina y Diario El Peruano.
Firmeza y disciplina: El viaje hacia el éxito
En busca de cumplir sus sueños, Ariana recibió la emocionante convocatoria para integrarse a la selección peruana de vóley. Esta oportunidad, sin embargo, implicaba un sacrificio considerable: dejar atrás a su familia en Iquitos y trasladarse a la bulliciosa capital, Lima. Ariana se mantuvo firme en su decisión. Su determinación y convicción para formar parte de la selección la llevaron a enfrentar esta nueva etapa con valentía.
"Mi convocatoria a la selección llegó a principios de año, cuando una carta de la Federación llega a mis papás. Mi papá fue quien la recibió, y literalmente saltó de alegría. Nos lo comentó a mi mamá y a mí, y todos estuvimos muy felices porque era un nuevo reto. Sabíamos que sería complicado, pero vine aquí a probarme, y gracias a Dios, todo salió bien. Espero seguir yendo bien en esta nueva etapa”, refirió.
"La primera vez que ingresé a la Videna, me quedé asombrada por lo grande que era el lugar. En ese momento, supe que estaba a punto de comenzar un nuevo capítulo, un nuevo reto, y que debía estar preparada para todo lo que se venía", agregó.
Con miras al Mundial:
Ariana Vásquez, destacada por su pasión y dedicación en el vóley, ha resaltado el impacto positivo del trabajo con el profesor Antonio Rizola y su comando técnico. Su enfoque integral está fortaleciendo no solo las habilidades técnicas del equipo, sino también su cohesión y capacidad para enfrentar los desafíos mentales del deporte. La visión del profesor de entrenar bajo condiciones que simulan la intensidad y las demandas de un partido permite que la selección se adapte y mejore de manera constante.
El anuncio de que el mundial se dispute en Perú ha desbordado de entusiasmo a Ariana Vásquez. La jugadora, con una mezcla de orgullo y emoción, compartió su alegría por la oportunidad de competir en su propio país. “Que el mundial se realice aquí me emociona mucho porque, como sabes, tus compatriotas te están viendo,” comentó, destacando el significado profundo de representar a su nación en un escenario tan importante.
Para la deportista, la posibilidad de jugar frente a su gente es una experiencia que va más allá de las palabras. “Siempre hay una emoción especial al representar a tu país; es algo realmente indescriptible,” expresó con una sonrisa que reflejaba su fervor y orgullo. Aseguró que, independientemente de los desafíos que enfrenten, las jugadoras que sean seleccionadas para el campeonato darán lo mejor de sí mismas. “Estoy segura de que las chicas que queden para el mundial darán todo de sí, porque siempre nos esforzamos al máximo en cada minuto y cada segundo,” afirmó, subrayando el compromiso y la dedicación que caracteriza al equipo.
El entusiasmo de Ariana es un reflejo del espíritu que permea a la selección nacional. Con la mirada puesta en el torneo, cada entrenador y jugadora está enfocada en aprovechar al máximo cada oportunidad para brillar en casa. La preparación es más que un simple proceso; es una demostración del esfuerzo y la pasión que definen a este grupo de atletas.
Sueños y Aspiraciones en el horizonte de los próximos cinco años:
La joven voleibolista, ya proyecta un futuro lleno de ambiciones y sueños. Cuando se le pregunta cómo se ve en cinco años, su mirada se ilumina con la claridad de sus metas. “En primer lugar, espero haber terminado el colegio y, si Dios quiere, estar estudiando en una universidad extranjera,” comparte Ariana. Para ella, el deporte seguirá siendo una parte integral de su vida, ya sea en el extranjero o en una universidad local.
Pero su visión del futuro no se limita al ámbito deportivo. Ella también tiene grandes aspiraciones académicas. “Me llama mucho la atención medicina; es una carrera complicada, pero también fascinante. Además, arquitectura es otra carrera que me interesa mucho,” explica. Esta mezcla de intereses revela su deseo de combinar su pasión por el vóley con una carrera académica desafiante.
Un llamado a la afición:
Con la emoción palpable en su voz, Ariana hace un llamado especial a los hinchas de la selección de vóley que participará en el Mundial del 14 al 24 de agosto. “Vayan, por favor, a alentarnos en este mundial,” dice con firmeza, invitando a todos a ser parte de este importante evento.
Ariana es consciente de que el camino no siempre será fácil. “Siempre hay días buenos y días malos,” admite, subrayando la montaña rusa emocional que enfrentan las selecciones durante el torneo. Sin embargo, hace un llamado a la lealtad y al apoyo incondicional de los aficionados. “Les pedimos que estén presentes en todos ellos y que siempre nos envíen mensajes de ánimo y buenos deseos,” implora, reconociendo que el respaldo de la afición es crucial para el rendimiento del equipo.
El mensaje destaca la importancia de la representación nacional en el Mundial. “Quiero que estén 100% seguros de que las chicas que queden van a dar todo en la cancha,” asegura con confianza. El deseo de ella es dejar en alto el nombre del Perú refleja su profundo orgullo por representar a su país. “El representar a tu país es un sentimiento indescriptible,” afirma, capturando la esencia de la pasión y el compromiso que ella y sus compañeras tienen hacia el torneo.