La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) entregó 500 colmenas para la crianza de abejas y obtención de miel en beneficio de 50 familias apicultoras de los distritos de Samugari, Santa Rosa, Anco y Chungui, que forman parte del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Entre los beneficiarios hay jóvenes emprendedores que decidieron ingresar al mundo de la apicultura como actividad complementaria a sus labores agrícolas. Mientras que otros, con mayor experiencia en la crianza de abejas, cumplen el rol de promotores apícolas para darle sostenibilidad a esta iniciativa con el apoyo técnico de Devida.
Las colmenas tipo Langstroth están compuestas por una base, una cámara de cría, rejilla excluidora, entretapa, cámara de producción, bastidores de madera y una tapa; tiene una capacidad de producción de 20 kilogramos de miel por año. Esto se complementa a la entrega de indumentarias y equipos para a los apicultores, los mismos que ofrecen una mejor protección durante las labores en campo.
De esta forma, la actividad apícola se posiciona como una alternativa de desarrollo que permite diversificar la producción y mejorar la economía familiar.
Además, en el contexto de pandemia de la covid-19, la miel es un producto de alta demanda en el mercado local, hecho que despertó el interés de muchos agricultores que ven en la apicultura una oportunidad para emprender.
José Mateo Cuba, participante de la actividad apícola en Santa Rosa, resaltó que Devida impulse una actividad que hasta hoy se hacía de forma artesanal.
“La crianza de abejas es una forma de generar ingresos, pero, sobre todo, es una forma de cuidar el medio ambiente. Por ello, es importante que Devida haya dado una mirada a una actividad que siempre se realizó sin mucha asistencia técnica y que hoy puede mejorarse y generar más ingresos”, comentó.