Campeón del mar Pedro Huamanchumo lucha por salvar el caballito de totora en Lambayeque

Hoy los fabrica desde miniaturas hasta el tamaño real

Campeón del mar Pedro Huamanchumo lucha por salvar el caballito de totora en Lambayeque

Campeón del mar Pedro Huamanchumo lucha por salvar el caballito de totora en Lambayeque

19:41 | Chiclayo, ago. 13.

A sus 84 años, Pedro Huamanchumo Orozco sigue enfrentando las olas con la misma fuerza y pasión que cuando era un niño. No es un pescador cualquiera: es el último campeón de las competencias nacionales de caballito de totora, una embarcación milenaria que ha surcado el Pacífico desde tiempos prehispánicos.

Nacido y criado en la caleta Santa Rosa, región Lambayeque, Pedro aprendió el arte del mar a los ocho años, guiado por su padre, pescador de caballito de totora. Durante décadas se adentró en aguas llenas de abundancia, regresando cada mañana con pescado fresco, “del mar a la olla”, como él dice en diálogo con la Agencia Andina. 


Hasta los 40 años fue pescador artesanal, luego se aventuró en la pesca industrial. Pero a los 65, cuando la Capitanía le retiró la matrícula de embarcación, volvió a sus orígenes… esta vez como artesano y guardián de una tradición milenaria.

En su juventud, Huamanchumo fue una leyenda. Ganó campeonatos de pesca, resistencia y acrobacia, desafiando las olas desde Trujillo en el mar de Huanchaco, Huanchaquito hasta Santa Rosa, en Lambayeque. “Antes, el premio era un trofeo y 50 soles; lo importante era el honor de representar a mi pueblo”, recuerda con orgullo.

Hoy fabrica caballitos de totora de todos los tamaños: desde miniaturas de 15 centímetros para turistas, hasta embarcaciones reales de 3,40 metros listas para la faena. Pero no todo es gloria: en Santa Rosa ya no crece la totora y Pedro debe viajar a Huanchaco (La Libertad) para conseguirla, sorteando trabas y cobros abusivos en el camino.

Con preocupación, advierte que sus hijos y nietos ya no pescan y que la tradición peligra. Sin embargo, mientras conserve fuerzas, seguirá construyendo caballitos y narrando su historia a estudiantes, turistas y visitantes que llegan a verlo.


“Un caballito de totora no es solo para pescar; es la memoria de un pueblo que vive del mar”, afirma.

El próximo 30 de agosto, Pedro volverá al mar de Santa Rosa para demostrar que esta tradición ancestral sigue viva sobre las olas. Allí, su silueta sobre el caballito será más que una postal: será un acto de resistencia cultural.

El caballito de totora, hecho con una planta acuática de tallos largos y resistentes, es una de las embarcaciones más antiguas de América, con más de 3,000 años de historia ligada a culturas como la Mochica. Su forma, parecida a una canoa estrecha con la proa curvada, le permite deslizarse con agilidad sobre el oleaje, igual que lo hace Pedro desde hace más de siete décadas.

Pedro Huamanchumo no solo navega el mar; navega el tiempo, llevando consigo el alma de Lambayeque.

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(FIN) SDC/TMC

Publicado: 13/8/2025