El cierre de brechas en infraestructura es un claro objetivo del país por el impacto en mejorar la disposición y calidad de los servicios, y elevar la competitividad.
Las Asociaciones Público-Privadas (APP) están en la mira por el número de proyectos que se vienen adjudicando en los últimos meses.
Para conocer más detalles sobre esta herramienta y su impacto en el cierre de brechas en infraestructura, el Suplemento Económika del Diario El Peruano conversó con el ex jefe del grupo de expertos globales en APP del Banco Mundial, José Luis Guash.
–¿Por qué es importante para nuestro país asegurar el éxito de las APP?
–Su importancia radica en que se trata de un instrumento muy poderoso para generar la tipología de servicios que el Perú y otros países necesitan. En general, los programas de APP han sido, y pueden ser, bastante efectivos para complementar y/o sustituir a las obras públicas en la superación de la brecha de infraestructura y en la mejora de la calidad y el nivel de los servicios públicos.
Para asegurar los mejores resultados en la calidad del servicio de la infraestructura desarrollada se requiere sujetar los pagos a la calidad del servicio, es decir si la obra está operando con los indicadores de calidad establecidos en el contrato.
Uno de los indicadores clave para mí son los tiempos de traslado para el caso de las vías de transporte. Otro sería la disminución en la incidencia de accidentes.
–¿Cómo ve el avance de las APP en Perú como una alternativa efectiva para el cierre de brechas en infraestructura?
–El avance que se observa es razonable sobre todo en los últimos años. En los meses recientes se ha avanzado más con mejores proyectos en términos de impacto, pues lo que se busca es asegurar el servicio en lugar de solo la infraestructura pura y dura. Yo creo en las APP y en su aporte a la economía, pero medir su progreso por el número de proyectos adjudicados no es lo más conveniente.
–¿Qué tipo de medida debería aplicarse en estos casos?
–La idea es hacer las cosas mejor de lo que se está haciendo para que los proyectos se ejecuten en menores plazos y de la mejor manera.
Es indispensable cambiar las métricas usadas para evaluar el éxito y progreso de los programas APP. Esto implica no usar el número de APP preparadas y adjudicadas anualmente, sino el número de APP que anualmente entran en operación o, al menos como segunda opción, el número que empieza su construcción.
Ello, porque entre la fecha que se adjudica el proyecto y la fecha en que entra en operación, solo Dios sabe el tiempo que pasa. Eso se debe al cierre financiero, problemas con la liberación de predios, problemas con ambigüedades en el diseño de los proyectos, entre otros.
Todo esto genera demoras, costos y dificultades para el desarrollo de los proyectos. Este modelo de métrica, de considerar los proyectos que entran en marcha, la he aplicado en países como Singapur y Australia. Malasia está aumentando su utilización. En este continente se observa el interés de Costa Rica. Lo mejor de todo es que su aplicación no implica ningún costo a los gobiernos.
–¿Se debe priorizar las vías de conexión o hay otros servicios de interés que se debe avanzar con las APP?
–Hay que tener presente que cuando se habla de infraestructura productiva (transporte, energía, telecomunicaciones, otros) e infraestructura social. La infraestructura social considera las otras grandes necesidades del país, como las escuelas y los hospitales pues hay mucho por hacer en estos temas en el Perú. Cubrir esas brechas se puede hacer muy bien con las APP.
Se puede avanzar mucho en uno o tres años porque básicamente se requieren obras de rehabilitación más que de obras de construcción. Lo fundamental es asegurar la calidad del servicio. En la infraestructura social también se deberían considerar, aparte de los hospitales y escuelas, alumbrado público, edificios administrativos públicos, centros recreacionales, cementerios públicos, entre otros. Pero no es suficientemente solo considerar el desarrollo de la infraestructura en sí misma sino asegurar la calidad del servicio para que avancen en línea con la visión del país.
–¿Cómo el desarrollo de esta infraestructura puede contribuir, o está contribuyendo, en la lucha contra la pobreza?
–Tiene un aporte muy significativo y es clave en este proceso. Hay una gran lista de proyectos y estructuras que avanzan, que contribuyen de manera importante a reducir la pobreza.
Tener vías que reduzcan el tiempo de traslado de sus productos (además de otros servicios de frío o logísticos en la ruta) les ayuda a reducir las mermas mejorando sus ingresos y su competitividad.
Adendas
Guash refiere que en su experiencia, de 35 años evaluando y asesorando programas APP en más de 70 países, aproximadamente el 72% de los incidentes de corrupción aparece luego de la adjudicación en la fase de operación del contrato a través de adendas o manipulación de la fiscalización/regulación.
Señaló que el 26% aparece en la fase de adjudicación y solo un 2% en la fase de estructuración/diseño del proyecto/contrato donde participan muchas instancias y es difícil hacerlo.
“Mi experiencia se condice con lo que pasó en el Perú: los problemas están en las adendas contractuales”. Dijo que asegurar la consistencia en los contratos implica reducir, sustancialmente, las adendas y cumplir con la estructura contractual.
Datos
- Guash también se desempeña como profesor emérito de economía de la Universidad de California, San Diego, Estados Unidos. También es director académico de Piappem (institución de capacitación en temas APP).
- De acuerdo con el experto, el Perú gasta aproximadamente entre 4% y 5% de su producto bruto interno (PBI) anual en inversiones en infraestructura.
- Aunque es comparable a los niveles de inversión en infraestructura de muchos países de ingresos medios, no es suficiente para cerrar la brecha.
- Mencionó que un estudio de EY señala que la brecha de infraestructura en el Perú asciende a 110,000 millones de dólares.
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